Un espacio libre para la innovación en la cultura de empresa

David García-Navas

19 julio 2015

El óculo. El que dijo Brunelleschi no entender por qué no se caía. Lo que no sabía el arquitecto renacentista es que precisamente es la existencia de ese hueco, que deja pasar la luz y la lluvia, la que evita el colapso del edificio. Si estuviese tapado, la cubierta entraría en tracción en la cúspide y el hormigón no está preparado para resistir ese tipo de esfuerzo.”

– Pedro Torrijos, en un maravilloso artículo sobre el Panteón de Agripa para Jotdown.

¿Puede un espacio vacío ser algo útil? ¿puede ser parte crucial de una estructura? Para el monumento que inicia este post está claro. ¿Qué hay de las personas, las organizaciones, el espacio digital?

Hablamos de espacio libre o vacío en el ámbito organizacional para referimos a aquel lugar exento de trabas o impedimentos, en el que cualquier persona puede aportar en igualdad de condiciones.

En el Panteón este espacio es el que deja entrar la luz, en nuestro caso ejemplifica la transparencia y la libertad para aportar. Es un espacio libre o vacío ya que nadie puede apropiarse de él, hacerlo demasiado suyo o proyectar las sombras que no nos permiten encontrar soluciones u observar nuevos puntos de vista.

En un anterior capítulo, hablábamos de cómo a través de la red de redes se abren multitud de posibilidades para que las marcas ofrezcan gran parte del espacio comunicativo en beneficio de los usuarios. Apropiarse del espacio de tu marca versus hacer partícipe a la comunidad para generar valor.

Al abrir un espacio vacío en el que a la vez todos y ninguno puedan aportar a la marca, cualquiera puede contribuir libremente, de manera que se crea una base para las aportaciones conforme a la razón y el sentido común: comentarios, ideas o críticas que hacen crecer las organizaciones.

¿Qué sentido tiene un espacio vacío en la cultura interna de las empresas?

De la misma forma que las marcas pueden obstaculizar la generación de valor por parte de los usuarios apropiándose de espacio de la comunicación, la organización interna posee multitud de trabas e impedimentos que pueden ocupar un espacio que ralentice la creación de propuestas de valor, oportunidades de negocio o soluciones a problemas actuales. ¿Qué dinámicas internas podemos encontrarnos para aplicar el concepto de espacio libre?

  • Generación de ideas

Cuando la semana pasada Juan Luis Polo compartía en nuestra plataforma social interna el manual para empleados de la empresa de videojuegos Valve, no pudimos sino vernos reflejados, muchas de las situaciones propuestas en el libro suceden a menudo en las oficinas de Territorio creativo.

Se te ha ocurrido una idea brillante para tu organización: ¿cómo la llevas a cabo? En Valve lo tienen claro. Probablemente en Tc diferimos en las herramientas que facilitan estos procesos internos, pero no es el software lo que importa, es el uso que se hace de él.

Si el empleado tiene una visión clara, ¿por qué no ofrecerle la posibilidad de autogestionarse para desarrollar tanto los procesos diarios como las propuestas de mejora o el desarrollo de oportunidades de negocio? Estos elementos, unidos a su desarrollo personal dentro de la organización le motivarán y crearán el espacio libre que buscamos para la generación de ideas.

  • Creatividad

Uno de los primeros consejos que Francisco Gonzalez ofrece en sus formaciones sobre innovación es olvidarse del cargo que se ocupa en la empresa: no importa si eres analista o community manager, contable o directivo; el puesto en el que trabajas puede suponer una traba a la hora de formular tus propuestas.

Tanto la posición que tienes dentro de la organización como otras tantas ideas preconcebidas pueden ocupar ese espacio que necesitamos libre para generar acciones o soluciones creativas. «Se trata de desaprender, de probar cosas nuevas, de no tener miedo a equivocarse. El miedo y el afán por continuar teniendo el control, paraliza.» – Carlos Jimeno, sobre innova-acción.

  • Jerarquías

Al hablar de un espacio libre en la cultura interna no podemos olvidarnos de uno de los puntos más importantes: aquel lugar donde poder compartir conocimiento, argumentar y contra-argumentar y expresar nuestras opiniones: la red social interna es un punto clave en la organización.

Hace unos meses publicábamos nuestra experiencia sobre la herramienta que nos facilita el espacio donde socializar. Sin embargo, sin una estructura organizativa adecuada, ¿de qué nos serviría el software?

En una organización con una jerarquía demasiado rígida, el espacio que debiera ser libre es ocupado por los cargos inmediatamente superiores a quien emprende la decisión de aportar sus ideas a la comunidad. Si alguien quiere proponer un cambio o simplemente quiere preguntar por qué se hace tal proceso de cierta forma y por qué no de otra puede sentirse coaccionado por personas de «rango» superior.

Una red social interna transparente para sus usuarios y que ofrezca contenido de valor funcionará en base a los méritos que cada usuario quiera conseguir y para ello todas las personas de la organización tendrán la misma importancia en la red.

  • Continuidad

Un espacio libre para la innovación mejorará el ambiente en el lugar de trabajo, haciendo que las personas se impliquen para que la marca permanezca en el tiempo, dependiendo de este nivel de implicación se puede constituir una marca más o algo que merezca la pena continuar para que el buen hacer perdure por los años.

Dependiendo del sector y el contexto, dejar un espacio vacío para dar libertad a las personas que forman parte de tu empresa puede suponer la diferencia entre una mejora de resultados o el desmoronamiento de tu estructura organizativa.