
¿Tus nuevos clientes? Tus empleados
23 enero 2016
Sólo el 30% de los empleados están comprometidos con su trabajo en EE.UU. Y el 70% restante pivota entre no comprometidos, hacen su trabajo sin más o conscientemente desvinculados de su trabajo. Y estos últimos son los que influirán negativamente en su entorno, buscando que los demás se desvinculen o llegando a trasladar un ambiente negativo a los propios clientes.
Estados Unidos nos pilla lejos y siempre que nos dan datos al respecto nos parecen distantes. Pero la realidad es que basta acudir en Madrid a un supermercado de barrio, a un centro comercial o a una tienda de un cierto tamaño, para que sea fácil sentir que somos invisibles, cuando no menospreciados.
Descubrimos dependientes que apenas prestan atención a nuestras preguntas, porque están charlando con su colega. Y que en el peor de los casos, están quejándose en voz alta delante nuestro de su situación laboral, mientras deambulamos por allí. La sensación es lamentable y lo más curioso es que muchas de estas empresas emplean esfuerzos en que esto no ocurra. Evidentemente sin el resultado esperado.
La situación económica y laboral vivida en estos años puede ser la primera excusa que se nos viene a la mente. Pero las excusas no sirven para atacar las causas, sólo sirven para tranquilizar nuestra conciencia.
¿Qué hay detrás de una situación así?
Un pobre liderazgo.
Por muy tajante que pueda sonar, la labor de un líder está ligada directamente a los resultados que se obtienen, si estos son mejorables la labor del líder es mejorable. Sin embargo, nadie hace lo posible por ser un mal líder, al contrario.
Posiblemente nuestra idea de un liderazgo ligado a procesos de management que arrastramos del siglo pasado, esté alejándonos de la realidad que vivimos ya en nuestras empresas, fruto de una sociedad cambiante.
Somos individuos conectados de manera constante con otras personas, compartiendo opiniones y conocimiento. Somos individuos con clara conciencia de nuestro poder y estamos perdiendo el miedo a hacerlo valer en nuestro entorno profesional, no sólo en el personal. Decir sí, señor como bien mandados es cosa del ejército.
El liderazgo se ve asaltado por nuevas reglas de juego y en la mayor parte de los casos, preferimos pensar que la tormenta pasará. Pero eso no va a ocurrir.
Y todo indica que fallar en las nuevas habilidades de liderazgo y gestión de personas, hace que nos perdamos lo mejor del partido:
- La vinculación de nuestros equipos es la sangre de nuestra organización. Más productividad, más eficacia y mejor valoración de los clientes son directamente proporcionales a la motivación de los mismos.
- Diferentes tipos de trabajadores necesitan diferentes tipos de estrategias de vinculación. Jóvenes y mayores no valoran lo mismo a la hora de proponerles cómo mejorar su motivación.
- La vinculación es el indicador de mayor impacto en los resultados que nuestra compañía va a obtener. Por delante de las políticas de beneficios y similares que seguramente ya tenemos en marcha.
- Sin enseñarles a jugar, nuestros equipos no están preparados para vincular a los clientes. Nadie nace enseñado y suponer que las personas que trabajan con nosotros saben que hace la compañía en la que trabajan, por el mero hecho de pertenecer a ella, no hará más que ahondar la frustración de no cumplir las expectativas. Y por sorprendente que parezca, la cualificación para tratar directamente con los clientes entre los empleados que están en esos puestos, es la menor comparada con otras funciones…
- Managers y líderes marcan la diferencia. El estudio de Gallup muestra que enfocarse en las fortalezas de los empleados, reduce significativamente el desinterés por su trabajo y llega a doblar el número de personas vinculadas con su labor.
No hay una fórmula fácil para cambiar hábitos en las compañías. Pero que no sea fácil, no quiere decir que no tengamos que abordarlo. Y tampoco significa que no lo estemos haciendo ya. Pero la realidad del mundo laboral y empresarial no hace más que cambiar y nos cuesta encontrar las fórmulas para competir con toda la ventaja posible.
En Territorio creativo nos obsesiona crear una empresa en la que todas las personas que participan, se sientan motivados y comprometidos con los colores del equipo. A tal punto que somos conscientes que nuestro recorrido estos últimos años es en gran parte fruto de nuestra apuesta consciente por explorar las fórmulas que permiten mejorar y mantener el nivel de vinculación de nuestro equipo. Y los resultados nos acompañan.
Y como ya nos pasó en 2005 con el lanzamiento de nuestro blog, andar el camino de la vinculación nos ha hecho posible desarrollar metodologías únicas para replicar el modelo en los clientes con los que trabajamos. La empresa social (Social Business) es una realidad que llama a nuestras puertas y me temo que no basta con decirle al departamento de RR.HH. que sea el que lidere el cambio. Esta vez los líderes de todos los ámbitos de la compañía deben implicarse, conocer y ser conscientes del calado del cambio al que nos enfrentamos.
Las personas queremos ser importantes para nuestras compañías y a cambio nuestro compromiso será incuestionable. Y los resultados que arrojará ese compromiso, serán superiores.
Y hay fórmulas para que las piezas encajen y nuestros equipos se sientan el mejor cliente de la compañía.
¿Hablamos de esas fórmulas?

