Transparencia y guitarreo con Alberto Ortiz de Zárate

Rocío Martínez

19 enero 2014

Hoy nos ha acompañado en los #TcDesayunos Alberto Ortiz de Zárate. Alberto es un experto en eso que se llama gobierno abierto y se define como promotor del cambio. Es un paladín del Open Data, la innovación pública y la transparencia.

La transparencia es la base de casi todo, aunque no sea la panacea para todo. Existen varios tipos de transparencia. Por ejemplo, hemos visto el caso de Perú como ejemplo de transparencia radical. Alberto ha dejado claro que por supuesto, la transparencia y la corrupción son “asignaturas diferentes y es mala idea mezclarlas”. La transparencia necesita la “zanahoria” y la corrupción es más de “palo”.

Por supuesto, los ciudadanos también debemos implicarnos, no debemos esperar que nos lo den todo. Un hecho curioso es que existe una relación directa entre el compromiso de los ciudadanos y la confianza en los políticos: “cuanto más confías en tus políticos, menos ganas de participar tienes”.

Para medir la transparencia Alberto nos ha presentado una fórmula: transparencia = claridad x obscenidad que da para pensar mucho. No todos los datos valen para la transparencia, incluso el exceso de transparencia podría facilitar la ocultación de datos. Además existen ‘wicked problems’, problemas retorcidos o irresolubles: “¿a quién le apetece tener una cárcel en su localidad?”.

En las iniciativas de transparencia fomentadas por los gobiernos, ha quedado claro que en la mayoría de los casos hablamos de portales poco usables. Afortunadamente hay iniciativas como por ejemplo elindultometro.es, o dondevanmisimpuestos.es, que suplen las carencias de información.

Pero cuidado, siempre hay que saber interpretar la información. ¿Podemos encontrarla, es accesible, la entendería mi madre? ¿Tenemos toda la información?

Alberto ha hecho un #TcDesayunos muy ameno, nos ha dejado píldoras de sabiduría —echad un vistazo a su Twitter y veréis— y ha demostrado cómo la transparencia también se demuestra en la propia comunicación. Y ha quedado claro que casi todo está por hacer, por pensar y por innovar.