Vuelo libre a la creatividad del cerebro derecho. ¿Tenemos dos?

GoodRebels

20 mayo 2016

De dibujar tiras diarias en el Catalunya Express a fundar la agencia digital DoubleYou en Barcelona y publicar dos libros: Postpublicidad y Desorden. Hoy aterriza en #TcDesayunos Daniel Solana para llevarnos más allá de la publicidad digital.

Su amigo Risto Mejide, en el prólogo de Desorden nos advierte: Postpublicidad cambió mi forma de entender la publicidad. Desorden ha cambiado mi forma de entender la vida.”

¿Qué cambiará en Tc después de desayunar con él? ¿Sembrará Daniel la semilla del caos?


Poniendo en tela de juicio la racionalidad, declara que no somos uno. Somos dos y tenemos dos cerebros: uno emocional y otro racional. El cerebro izquierdo gestiona lo rutinario, lo minucioso y lo previsible. Y el derecho, gestiona lo nuevo, lo anormal, lo imprevisible.

El cerebro derecho explora territorios inciertos pero permanece bajo arresto domiciliario.

La sociedad espera de nosotros que aprendamos rutinas, seamos minuciosos y previsibles, no improvisemos y que tomemos decisiones racionales evitando salirnos del procedimiento.

Esto sucede en todas las disciplinas, salvo en el arte. “La parte exploratoria tiene que ver con el arte, pero no es arte”, señala. Denuncia así, que la sociedad del siglo XXI oprime el cerebro derecho en un entorno de incertidumbre en el que es necesario dar rienda suelta a la inteligencia mética – de origen griego -, para tomar decisiones inmediatas sin tener muchos datos en los que basarnos.

Destaca a bomberos, médicos de urgencias, deportistas y científicos, introduciendo así el descubrimiento de “los méticos”: aquellos que dejan volar su creatividad y son magos de la intuición y de la audacia, que dominan la inteligencia ética a la perfección siendo menos lógicos. “Más vale maña que fuerza”, recalca.

Pero inmersos en este desorden, ¿cómo desarrollamos esta inteligencia? Como su cerebro indica no sigue una lógica, no son normas sino posibles modos de proceder a su uso.

1. Si quieres entender algo, no te acerques para observarlo de cerca, aléjate. A veces los árboles no nos dejan ver el bosque, porque la ceguera se apodera de nosotros. Viendo el conjunto de las cosas, somos capaces de ver las interconexiones de las mismas.

2. No fijes objetivos, detecta oportunidades. Existe una diferencia entre plantear objetivos y fijarlos, y es que lo segundo los convierte en dogmas y nos hace rechazar las oportunidades que se dan sobre la marcha. Hay que olfatearlas, pero “No te dejes llevar por el impulso, mantén una atención vigilante”, señala.

Tenemos que ser cazadores de oportunidades.

3. Confía en tu intuición. Citando a Gary Klein “Reconocer una serie de señales que cada una por sí misma no demuestra nada, pero que en su conjunto nos transmiten una fuerte convicción”, explica que la intuición está mal vista porque no está definida y muchos la confunden con el impulso. Sin embargo, opina que la intuición es la clave para ser creativos, que «hay cosas que se sienten con el estómago».

Los mejores creativos son los que cuando van a pintar un cuadro no saben lo que van a pintar.

4. Haz cosas con tus manos. “Las manos y la cabeza no pueden separarse. Si se separan, quien sufre es la cabeza”. Así nos anima a no cortarnos las manos, a ser artesanos en las agencias haciendo menos powerpoints y más prototipos, a tocar las cosas para crear otras porque “las manos guardan más creatividad que la cabeza”

5. Haz todo a la vez. Estamos acostumbrados a trabajar en serie pero, trabajar en paralelo puede funcionar. Hay que pensar en paralelo también.

6. Busca vínculos débiles. En el ámbito de la creatividad, el emprendimiento y la exploración, lo interesante es lo imprevisible.

7. Sé audaz. “Estamos en el siglo de la audacia y no lo somos”, nos dice denunciando que no nos han enseñado a arriesgarnos ni a ser valientes. “No necesitamos locura pero sí audacia para adentrarnos en nuevos territorios”.

Tras estos siete tips de Daniel Solana y TcDesayunos en completo desorden, esperamos del siglo XXI una oportunidad de reinventarnos sin dejar atrás a los ingenieros, pero dándonos la mano con el ingenio y la intuición sin cortársela, echando así la inteligencia mética a volar.

Hay que saltar a buscar pájaros, necesitamos explorar nuevos territorios.