Para tener una buena idea necesitas tener un buen problema

GoodRebels

11 marzo 2016

Desde salir a pasear sin un mapa en el bolsillo hasta empezar clases de chino. La creatividad es infinita y las claves para fomentarla y tener buenas ideas, también. En el TcDesayunos de hoy lo hemos comprobado de primera mano con José Luis Orihuela, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y antiguo consultor de comunicación del Banco Mundial.

«El talento creativo no se puede enseñar pero sí entrenar.»

¿Y cómo podemos entrenarlo? Para dar impulso a la creación de buenas ideas, José Luis Orihuela nos ha enseñado su fórmula maestra, ¿quieres saber de qué se trata?

«Para una persona creativa no hay nada más estimulante que un buen problema.»

Un buen problema da lugar a una buena solución y por lo tanto a una buena idea. ¿Cuáles son los dos pilares fundamentales en los que se basan las ideas?

  • Soluciones de experiencia: todos los hábitos o rutinas que aunque funcionen, son soluciones viejas y nos llevan a la llamada zona de confort.
  • Soluciones de diseño: aquellas que surgen cuando nos alejamos del camino principal y nos llevan a vivir experiencias nuevas.

Y como de experiencias va la cosa, en esta primera fase del proceso de creación de ideas no podemos olvidarnos de dos aspectos fundamentales: la práctica de nuevas disciplinas y el entrenamiento de nuestros sentidos, algo que como decía nuestro ponente de hoy, corre el riesgo de perderse con el auge de la cultura digital y que no podemos dejar que ocurra, pues nos lleva a evaluar los problemas desde diferentes perspectivas.

Hemos identificado un problema pero, ¿qué hacemos con él?

Hambrientos por empezar ya con la segunda fase de este método, ahora lo que toca es incubar todas nuestras ideas sin olvidarnos de que:

  • la creatividad se pone en marcha a través de plazos y timings, lo que significa dar por fin la bienvenida a la famosa procrastinación, que nos permitirá aprovechar hasta el último segundo para darle forma a nuestras ideas.
  • «tener una magnífica idea está genial pero corre el peligro de que sea la única que tengamos», por lo que… ¡a crear! Tener la cabeza llena de problemas sin solución nos ayudará a encontrar soluciones concretas e ir descubriendo en el camino muchas más.
  • estamos conectados y las personas creativas establecen vínculos nuevos entre cosas que ya existían, por lo que hay que investigar al máximo y empaparse de todo lo que ocurre.
  • la creatividad es trabajo y nuestro entorno y espacio tienen un papel fundamental: inspirarnos.

Si hemos superado todo esto ya sólo nos queda una cosa: comunicar. Una idea no es una buena idea si no la podemos verbalizar, dibujar, expresar… hablar con un desconocido nos puede ayudar a saber hasta qué punto controlamos o no nuestra idea.

Y como a cada final le sigue un comienzo… nuestra idea deja de ser nueva en el momento en el que la realizamos y ahí, es donde toca volver a empezar de nuevo.

¿Empezamos?