
Opiniones pagadas: una práctica tan antigua como el dinero.
10 febrero 2009
Al hilo del anterior post, nada pagado, en torno al concepto de cobrar por escribir, más bien al de cobrar por probar un producto y hablar de él, me permito traer el último ejemplo que me he encontrado en la vida real para entender de que hablamos: el catálogo de una cámara fotográfica, en concreto la Nikon D3x. En el recorte que ilustra el comienzo de este post, sacado del catálogo que se puede descargar desde su propia web, la marca muestra a cuatro fotógrafos profesionales que hablan sobre las bondades de la cámara. ¿Lo hacen por amor al arte? me temo que no es así. Nikon les paga para que den sus opiniones muy favorables a la cámara.
Sólo me permito apuntar que ésta es una práctica habitual entre marcas y profesionales: el fotógrafo que con su trabajo se ha ganado una notoriedad, será invitado a hablar de un producto determinado de manera favorable y si la contraprestación le interesa, no tendrá inconveniente en que así sea.
Pero lo más curioso es que en el catálogo, no encontraréis ningún disclaimer o aviso acerca de la relación comercial o personal que les puede unir… ¿publicidad disfrazada de información?: tan antiguo como el color del dinero.

