Necesitas una comunidad, no una red

GoodRebels

10 agosto 2015

Comunidad. Red. ¿Es lo mismo? Todos tenemos una red, mayor o menor, aunque no seamos conscientes de ello. Las redes están compuestas por nodos unidos entre sí por una intensidad variable. Un interés determinado te une con una persona concreta, pero otro interés diferente a ese es el que te une con otra persona de tu red, por ejemplo. Y esas dos personas de tu red no tienen por qué compartir nada. Las comunidades, en cambio, tienen la particularidad de que todos sus miembros forman parte de ella por un o unos intereses comunes. De ahí lo de ‘comunidad’ chicos… Pero, ¿por qué tu marca necesita una comunidad y no una red?

En las comunidades (activas) los miembros son fieles al objetivo originario de la comunidad. Es como ser socio de un club. Todos somos hinchas de ese equipo. Las métricas de interacción serán mayores que en una ‘simple’ red social, y no solo eso, será mucho más probable que los usuarios generen contenido propio (UGC). Esto hará a la comunidad más rica aumentando su sentimiento de unidad.

¿Por qué crear una comunidad de marca?

  • Aumenta el alcance. El boca-oreja favorece que los clientes atraigan a otros nuevos.
  • Incrementa la conversión a través recomendación de un igual.
  • Mejoran las relaciones con los clientes existentes.
  • Se crean relaciones a largo plazo con los clientes.
  • No dependes de terceros

Algo a tener en cuenta: ¿cuánto cuesta generar una comunidad? Monetariamente hablando no tiene por qué costar nada. Tratándose de comunidades digitales hay varias herramientas que te permiten lanzar una comunidad con escaso coste: desde un simple Yammer (red social sí, pero en la que se puede generar una comunidad) hasta soluciones con muchas más posibilidad de desarrollo como Discourse. Pero básicamente el precio a pagar se mide en tiempo y esfuerzo. Tiempo y esfuerzo de los administradores de la comunidad para vertebrar y dinamizar dicha comunidad, dando así impulso al resto de miembros y que poco a poco sean ellos quienes hagan girar la rueda y que vaya más rápido.

Si hablamos de marcas, las comunidades estarán formadas por tus máximos fans. Personas que realmente adoran tu manzanita mordida, tus aros de colores y tu nueva pelota verde fosforita. Y lo mejor de todo es que de ahí podrás sacar el mejor research que puedas imaginar, testar productos o incluso recibir ideas para mejoras de procesos o servicios. Aquí reside el secreto del eterno engagement.

Un ejemplo que todos conocemos son los grupos de LinkedIn. Aquellos que son realmente fuertes, son una comunidad. Sus miembros suben contenido con el único afán de compartir el conocimiento que poseen, sea del tipo que sea. Retomando la plataforma Discourse y añadiendo como ejemplo un caso muy cercano, nos encontramos con Lidertarios.

Lidertarios es una comunidad de profesionales que tienen en común su visión del emprendedor al estilo siglo XXI; un punto de reunión para debatir y con ello contribuir al conocimiento colectivo en el ámbito del management, el liderazgo y la transformación digital de las organizaciones. Todo ello basado en Discourse e impulsado por los propios usuarios que participan. El incremento del networking entre los miembros que comparten un interés es brutal.

En resumen, las redes se basan en las relaciones entre las personas sin priorizar el número de intereses comunes. Las comunidades se centran en el interés común.

En la unión está la fuerza

Simón Bolívar