
Movimiento 6 de abril. De Tahrir a Sol pasando por Facebook
22 mayo 2012
La historia de Internet no sería la misma sin las movilizaciones que, de Ucrania a Irán, pasando por Libia y Túnez, han sacudido en estos últimos meses y años la conciencia de medio mundo gracias o con la ayuda decidida de las redes sociales. Es conocido el papel que ha jugado y sigue jugando la red de redes para la organización y difusión de las acciones de plataformas cívicas como el 15M u Occupy Wall Street.
Sin embargo, el precedente más destacado de todas ellas es, sin duda, el que hace ahora cuatro años y medio se gestó a partir de Facebook. Se trata del Movimiento del 6 de abril, uno de los pilares fundamentales de la revolución egipcia y de la llamada Primavera árabe.
Omneya Ahmed Salem es la coordinadora de la delegación en España del Movimiento del 6 de abril, constituida a principios de 2012.
¿Cómo decidió embarcarse en esta aventura?
Quería participar de forma activa y no ser una mera espectadora de la escena política en Egipto. Nunca antes había manifestado públicamente mi vocación política. Sólo hablaba de ella con mi familia y entre mis amigos, por culpa de la dictadura de Mubarak. Fue el descubrimiento de Internet como herramienta de participación ciudadana lo que me animó a involucrarme más abiertamente. Manejaba bastante bien las redes sociales y, además, había ya ejercido de administradora de varias páginas activistas en la Red.
¿Qué identifica a este movimiento y cómo surge?
El Movimiento del 6 de abril es un movimiento social y político independiente del poder y de los gobiernos; no tiene relación con ningún partido político ni se inclina a favor de ningún candidato presidencial, dado que lo que pretende es ser una fuerza política independiente que vigile el poder de las autoridades para garantizar el avance democrático y social y el Estado de Derecho. Por eso, yo diría que ha sido un fenómeno pionero dentro del mundo árabe, que ha servido de ejemplo a otras iniciativas sociales posteriores, como el Movimiento 20 de febrero de Marruecos.
Lo que queremos es que Egipto sea un país democrático, que cuente con un gobierno civil y en el que estén verdaderamente garantizadas la libertad de opinión y de expresión, la libertad de reunión y la libertad de creación de partidos políticos, de sindicatos y de asociaciones.
Para ello, nuestro objetivo inicial era la creación de un movimiento político independiente de los partidos y organizaciones ya existentes en el país. Se buscaba la conformación de una masa crítica de ciudadanos que ejerciera una presión constante y contribuyera, así, a un cambio democrático real en Egipto.
Con esa idea empezó a organizarse un grupo de jóvenes de diferentes edades y tendencias. La mayoría de nosotros no había desarrollado actividad política alguna. El movimiento cobró forma definitiva tras el famoso llamamiento a la huelga general del 6 de abril 2008, realizado a través de distintos medios y, fundamentalmente, de redes sociales como Facebook y Twitter.
¿Cómo se organizan y trabajan fuera de su país de origen?
Hay una coordinación general para toda Europa y otra en España, de la que estoy encargada. También hay otros grupos gemelos en lugares como América del Norte y Australia. En Europa, hay delegaciones en Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Suecia y Suiza. Todas son organizaciones adscritas al movimiento central en Egipto. Comparten, pues, sus principios y objetivos pero trabajan y funcionan de modo autónomo.
La coordinación se realiza vía Skype, Facebook y Twitter a través de los diferentes delegados regionales y del coordinador internacional en Egipto. Las acciones se deciden por votación, según la propia actualidad y necesidades de cada país. Todos participan.
¿Y el perfil de sus integrantes en nuestro país?
No hay un perfil determinado. Por lo general, son hombres y mujeres, de edades que van desde los 25 hasta los 45 años, que se expresan tanto en árabe como en español y que utilizan habitualmente Internet. Lo más importante de todo es, sin embargo, su compromiso civil y democrático. El grupo más activo en España lo forman, aproximadamente, entre 50 y 80 personas.
Contamos, además, con la participación de una segunda generación de egipcios, que, gracias a sus padres y al contacto con sus familiares en Egipto, está cada vez más comprometida con el proceso de cambio democrático iniciado en su país originario. A este fenómeno ayuda, además, el hecho de ver a jóvenes de su misma edad implicados en la política nacional.
¿Qué plataformas sociales utilizan y cuál es el índice aproximado de participación de sus integrantes?
Estamos en las principales redes sociales de Internet. Pero lo interesante es haber sido pioneros en su utilización como instrumento de protesta social.
Facebook tiene una importancia especial para el Movimiento. Fue desde esta red desde la que se convocaron todas las manifestaciones y concentraciones importantes y hoy sigue siendo el vínculo principal a través del cual se conectan todos sus miembros.
Contamos con muchísima participación en Internet, tanto por número de imágenes, fotos y videos compartidos, como de posts y comentarios publicados diariamente. Formamos una plataforma de 350.000 usuarios capaz de reunir hasta 1 millón de visitas en un solo día. Pensemos que, de 83 millones de habitantes que tiene Egipto, apenas un 15 por ciento de ellos tiene acceso real a la Red. Estas cifras expresan el grado de protesta social de los jóvenes egipcios y coinciden, claramente, con el alcance de la movilización ciudadana en la calle.
¿Qué tipo de acciones realizan?
El gran hito fue la emisión en directo, a través de Internet, de los sucesos claves de la Revolución del 25 de enero de 2011. Desde entonces, utilizamos el streaming cuando hay una convocatoria de protesta o de huelga general y, especialmente, durante las manifestaciones multitudinarias de los viernes.
También merecen la atención nuestros Global Day, que son acciones organizadas simultáneamente en todo el mundo y el mismo día para apoyar cualquiera de nuestras campañas. Entre éstas, podría mencionarse la que lanzamos para identificar electrónicamente a los hombres del antiguo régimen que se presentaban a las elecciones parlamentarias y presidenciales.
En estos momentos, tenemos en marcha la campaña Escribe tu Constitución, destinada a sondear la opinión de los egipcios que viven en el extranjero sobre qué artículos creen que habría que incluir en la nueva Carta Magna.
Asimismo, hemos lanzado una campaña de apoyo a los trabajadores de las fábricas privatizadas a manos del Gobierno de Mubarak y frente a los numerosos intentos de desprestigio del Movimiento.
En España organizamos todo tipo de acciones, desde manifestaciones, concentraciones y campañas electorales, hasta fiestas sociales y encuentros culturales. Además, ofrecemos a los egipcios residentes en España información sobre, por ejemplo, los candidatos a las elecciones presidenciales o imágenes de ciertos acontecimientos de nuestro país.
¿Qué parte del éxito del Movimiento se debe realmente a Internet?
Las redes sociales, efectivamente, son un canal de comunicación complementario a la acción de los partidos políticos; son un instrumento muy eficaz para catalizar revoluciones y, además, para concienciar a los ciudadanos. En Egipto es evidente esta capacidad de movilización, especialmente entre los jóvenes, porque los medios de comunicación estatales están sumergidos en la corrupción aún después de derrocamiento del régimen de Mubarak.
En el caso de nuestro movimiento el proceso fue primero sensibilizar y denunciar tanto en Internet como sobre el terreno mismo; al principio sólo participaban en la calle grupos no muy numerosos pero, gracias a la toma de conciencia de la gente y, sobre todo, de las nuevas generaciones, las protestas se convirtieron en multitudinarias.
Facebook, por ejemplo, nos ha permitido la rápida creación y puesta en funcionamiento de la delegación en España sin tener que gastar nada de dinero, porque hay que recordar que el Movimiento no recibe financiación de ningún tipo.
Yo, personalmente, creo que Internet es una buena opción tanto dentro como fuera de Egipto por la rapidez que tiene para poner en contacto a la gente, para romper el miedo y permitir expresar opiniones sin temer represalias. Eso es importante para un pueblo como el egipcio y, en especial, para una juventud que no ha ejercido nunca el derecho al voto, ni la libertad de expresión después de más de 30 años de dictadura.
Evidentemente, estamos ante una nueva forma de hacer política, ante un nuevo modelo de ciudadanos y, sobre todo, antes nuevos retos: fundamentalmente, la crisis económica y los cambios políticos, sociales y económicos que vive hoy el mundo.
¿Cree que las redes sociales pueden, pues, propiciar toda una revolución?
Para tener una iniciativa como ésta en las redes sociales hace falta tener una causa justa y gente que realmente crea en esa causa. Por supuesto, se requiere una conciencia y una cultura política bastante amplia, así como buscar apoyos en otros movimientos similares, dotarse del mayor número de profesionales posibles, mejor si son expertos en sociología para entender las dinámicas globales, y, por supuesto, dominar las nuevas tecnologías y aceptar sus retos. Pero si no existiera Internet, buscaríamos otro vehículo de comunicación, como los SMS y los teléfonos móviles. Y siempre tendremos la calle. De hecho, pienso que no debemos de abandonar las manifestaciones a pie de calle; hay que acercarse y concienciar a otros miembros de la sociedad, como la gente mayor o ciertos colectivos femeninos, para los cuales no es tan decisiva la participación en Internet pero sí la presión de las protestas callejeras.
¿Cómo ve desde aquí los acontecimientos recientes de Egipto?
Las últimas noticias son preocupantes por la ambigua política que están adoptando la Junta Militar, la falta de experiencia política de los parlamentarios, la duración de la fase transitoria en que nos hayamos y los errores monumentales que se han cometido a lo largo de dicha fase. Aún hay muchos asuntos sin resolver que podrían afectar de manera negativa al proceso del cambio democrático.
¿Y cómo ven la situación de España? ¿Se plantean alguna colaboración con el 15M?
La verdad es que la situación se está agravando. Nos extraña, por ello, que el pueblo español no se manifieste con más fuerza, a pesar de todas las medidas económicas y sociales tan equivocadas como injustificadas que creemos que se están tomando, entre ellas las que criminalizan la protesta en la calle.
Estamos intentando crear vínculos con el 15M. Puede que tengamos algún anuncio al respecto tras nuestro primer congreso internacional en Paris. Lo cierto, en todo caso, es que el Movimiento está centrado por ahora en temas relacionados con Egipto y que acabamos de nacer, como quien dice.
¿Qué modelo de activismo global y ciudadano cree más interesante?
Si tuviera que elegir un ejemplo para el Movimiento del 6 de abril, elegiría el de Islandia, por su eficacia.

