
Marsans y Berta olvidaron atar todos los cabos
1 julio 2008
Apuntarse al carro del marketing en Internet e interactivo siempre debe ser algo a tratar, más si es el tema de este blog. Pero si se practica esta estrategia, conviene llegar a tener todos los cabos bien atados para que no se escape el mínimo detalle que motive una queja, ahora que los prosumers tienen la posibilidad de alzar su voz.
No voy a hablar del famoso Dell Hell, pero leyendo las quejas de los usuarios canadienses del iPhone, y recordando las entradas sobre Ikea de Microsiervos o de Air Europa de Enrique Dans, encontramos una noticia que desnuda el concurso que Viajes Marsans lleva a cabo usando twitter y su blog Los viajes de Berta.
Resulta que Viajes Marsans da unas claves vía twitter, algo de lo que informa con poco tiempo de reacción en Los viajes de Berta, para que, se supone, el primero que descubra la clave y se presente en la agencia correspondiente para recoger el viaje diciendo la contraseña gana el viaje. Todo es correcto y válido si como comento están los cabos atados, pero no era el caso, como comentan en clipset de primera mano. Y la razón es lo referente a la promoción en sí, como explican en la entrada.
Resulta que si el concurso es para el primero que llegue a la oficina, y publican las claves pasada la hora de cierre de la oficina, pero no lo avisan, todo aquel que se presentó durante la noche a recoger su viaje, se encontró con la oficina cerrada y con el problema de no poder optar al premio porque en las reglas no se especificaba que eso pudiera llegar a ocurrir. Parece una cosa tonta, se podría haber llamado, cierto, pero no se especificaba eso, y la buena fe del concursante estimaba que alguien habría esperando para entregar el premio. Total, un desengaño, y una entrada metida en la conversación que es Internet, quejándose sobre el concurso y siendo bastante leída (es un blog influyente en temas tecnológicos).
Es decir, que en algún sitio debían haber escrito unas reglas que especificaran el hecho de estar la oficina cerrada. Una cosa muy sencilla, parece, hasta que alguien lo grita a los cuatro vientos. En este caso, lo sube a Internet.
ACTUALIZACIÓN: Por si había dudas de la importancia de tener un cliente satisfecho, otro ejemplo en otro sector y de otro blog, de una queja y cabreo contra el servicio post-venta de Ford.

