
Louis Vuitton 1 – Google 0
30 junio 2006
Google tendrá que pagar 300.000 euros a Louis Vuitton, el grupo empresarial al que pertenece Loewe, tras perder un litigio que comenzó en el año 2003.
La empresa de moda demandó a Google porque el buscador permitó a otras compañías usar palabras clave relacionadas con los productos de Vuitton en el servicio de publicidad online Ad-Words.
De este modo, al buscar marcas de Vuitton en Google, se mostraban anuncios de las compañías que habían comprado como palabras clave marcas registradas del grupo empresarial.
Finalmente, un tribunal de París ha sentenciado que Google tendrá que pagar a Vuitton por competencia desleal y publicidad engañosa.
Una práctica más que habitual en el marketing en buscadores. Comprar la marca de la competencia, para que cuando alguien busque esa marca o servicio, aparezca en los enlaces patrocinados. La sentencia francesa crea un precedente en la justicia de ese país, y posiblemente en la de otros.
Lo contaba Alberto Gómez en Anotado, hace casi un año, y ya hacía referencia a la sentencia de Vuitton (ahora ha terminado el proceso de recursos, y por fin Google tendrá que soltar la pasta).
Aquí, sin cruzar los Pirineos, conozco un caso (que tiene que ver lógicamente con el cabreo que Alberto mostraba en ese post): el de Sanitas, que ha perseguido una y otra vez a Google, hasta conseguir que la competencia no se quedase con su marca. Pero la práctica es habitual, y sigue, por ejemplo, con las marcas de sus más directos competidores.
La excusa de Google, es que no puede controlar a los anunciantes. Pero eso es una media verdad, más o menos trufada de pereza. Claro que pueden, ¿o no son la empresa de software semántico más avanzada del mundo? Lo que queda más o menos claro es que en Europa, la ley protege a la marca de este tipo de usos.
Lo que quizá no saben los anunciantes, es que del lado del posicionamiento natural, nunca podría estar prohibido: y así, se podrían plantear acciones para posicionarse en los resultados normales de búsqueda, alrededor de marcas de la competencia, algo que aunque retorcido, no sería del todo inviable (y que veremos antes o después, no hay más que hablar en el blog corporativo propio, de la competencia).
(Vía 20Minutos y La Petite Claudine).

