
Los wearables, el regalo de estas Navidades que no sabrás pronunciar
19 enero 2014

‘Ponibles’, ‘vestibles’ y demás palabras españolizadas cogidas con pinzas piden a gritos un hueco en la RAE y en nuestras vidas. Si en 2014 los académicos dieron el visto bueno al palabro amigovio ¿por qué no hacerlo con los wearables /ˈwɛərəbl/?
Después de leer este artículo no solo sabrás qué es esta tecnología y a quién regalársela, sino que sabrás cómo se pronuncia. Entonces sí estarás preparado para dejar a tu cuñado K.O. en la batalla de “a ver quién es más moderno”. El resto de batallas tendrás que librarlas tú solo.
Según afirma el informe llevado a cabo por Samsung Electronics y el Centre for Retail Research, estas Navidades nos vamos a dejar un buen pellizco en regalar a nuestros seres queridos amantes de la tecnología estos aparatos. De hecho en comparación al mismo periodo de 2013, la industria de los wearables crecerá en España un 203%. En total alcanzará los 57 millones de euros, con 458.000 unidades vendidas. Según ese mismo estudio, los dispositivos wearables más regalados en estas fiestas serán aquellos que estén relacionados con la salud, el fitness y las actividades deportivas.
Qué es un wearable explicado en cristiano
Se trata de dispositivos que te puedes poner; productos que integran sensores y microprocesadores y que sirven para darnos información sobre nuestras actividades cotidianas. Que no se alarmen los puristas de la ética en la innovación tecnológica porque no hablamos de crear robots ni sistemas operativos casi humanoides.
En sus inicios iban enfocados a cubrir necesidades propias del sector del fitness pero poco a poco han ido ganando terreno en mercados como el de la salud. Asimismo, están incluyendo funcionalidades propias de los smartphones como la gestión del correo electrónico o de las redes sociales. Pero ojo, porque no todos los wearables sirven para todo. Dependiendo del uso que le vayas a dar tendrás que elegir entre un dispositivo u otro.
Esta tecnología puede adoptar múltiples formas. Las más conocidas son los relojes, las pulseras y las gafas, pero tratándose de microprocesadores, se podrían integrar en cualquier tipo de ropa sin que se notase. Hablamos de uno de los eslabones del Internet de las cosas.
¿A quién regalarlo?
- Deportistas ‘la calle es mi gimnasio’: Viven en un challenge continuo, comparten sus hábitos saludables en todas las redes sociales y tú sientes que algo estás haciendo mal con tu vida. Uno de estos le vendría genial para hacer un MBA con los datos de sus logros del mes.
- Hipster geek: Lo quieren porque es lo último y porque nadie lo tiene. También comparten sus calorías gastadas en redes pero antes suben una foto a Instagram #nofilter de su wearable en cuestión.
- Fanboy/girl de Apple/Samsung: No importa el qué ni por cuánto. Si haces la cola en la tienda por ellos para comprarle uno te estarán eternamente agradecidos.
- Pijos repelentes: Alimenta su ego con uno. Seguramente no lo utilicen nunca pero se lo pondrán como adorno para vacilar en sociedad.
- Hipocondríacos: Regálalo solo si te cae mal puesto que un wearable en su poder puede ser un arma blanca para los amantes del autochequeo médico. Imagínate si pueden saber sus pulsaciones en tiempo real.
- No sin mi móvil: Un smartwatch para los que el teléfono móvil es una prolongación de su cuerpo.
También hay agnósticos
Haberlos haylos. Según una encuesta realizada por el portal Business Insider un 51% de los preguntados no veían la necesidad de tener uno ni terminan de ver qué beneficios puede tener para ellos. Otros motivos que daban es que no les gustaba llevar reloj, seguido del precio y de la apariencia.

Los reyes del mercado
Los precios rondan entre los 100 y los 250 euros, en función de la gama, el diseño y la marca en cuestión.
- Samsung Gear S: “Enjoy real freedom by delivering smart mobile experience without a smartphone in hand”.
- Apple Watch: “Otros relojes dicen la hora. Este cómo aprovechar cada segundo”. Tendremos que esperar hasta 2015 para tenerlo.
- Smartwatch 3 de Sony: «Dile lo que quieres al SmartWatch 3 y lo hará. Buscar. Ordenar. Encontrar».
- Microsoft Band: “Live healthier and be more productive”. Estará a la venta a principios de 2015.
- Jawbone: “Salud del corazón, sueño avanzado y reconocimiento por tus ejercicios. Bienvenido al futuro tú. ¿Hasta dónde llegarás?”.
- Fitbit: «La forma física no es solo el tiempo que se pasa en el gimnasio. Es todo el tiempo». Los dispositivos más avanzados no estarán disponibles hasta principios de año.
Con el big data hemos topado
La curva de crecimiento del mercado de la tecnología wearable crecerá a un ritmo vertiginoso como muestra el gráfico de BI. A la vista está que la carrera por su conquista está muy disputada puesto que no solo se juegan las ventas de dispositivos, sino el acceso a los datos resultantes de nuestra actividad con ellos: el big data. Las legislaciones vigentes no están del todo preparadas para asumir este nuevo frente en relación a la protección de datos; por eso muchas empresas trabajan con responsabilidad de la mano de abogados para el tratamiento de la información sensible.
Según recoge un estudio de Wearables.com y The Center For Generational Kinetics un 60% de los encuestados estaría dispuesto a compartir la información con sus tiendas preferidas y un 56% con las marcas, con la condición de que estos datos serían siempre anónimos. Aunque el recibir una compensación estimularía, reconocen, el cambio de opinión.
Asimismo el ser humano como ‘fuente de información’ puede propiciar un avance sanitario y una ventaja para los propios usuarios que quieran monitorizar su rendimiento: ritmo cardíaco, pulsaciones, calorías quemadas, horas de sueño, etc; constituyendo así una medicina mucho más eficaz, individualizada, preventiva y a bajo coste.
Viendo las perspectivas de futuro y su funcionalidad Papá Noel y los Reyes Magos ya se lo han autoregalado. Ahora, además de ser mágicos también serán un poco cyborgs.

