Local Motors: velocidad alimentada por co-creación

David García-Navas

19 mayo 2015

Acabas de tener una idea genial: el coche de tus sueños. Bien una versión mejorada del que posees, o tal vez un pequeño prototipo para enseñar a tus hijos cómo funcionan las leyes de la física… ¿Qué tal si compartes esa idea? ¿no crees que pueda llegar a materializarse? ¿y si te decimos que esto ya ha ocurrido varias veces? Tan real como los primeros pasos de Local Motors, una empresa fundada en 2007 con un objetivo claro: crear la primera comunidad abierta de diseño de automóviles.

Siete años después, congregan un equipo internacional de apasionados por la automoción entre diseñadores, ingenieros, fabricantes y expertos. Partiendo de tan solo 63 empleados contratados, consiguen dar forma al talento de 39.600 miembros de su red. Esta comunidad actualmente aporta más de 5.600 diseños y 1.700 ideas en torno a 16 proyectos abiertos.

Y sí, venden sus propios vehículos concebidos entre toda la comunidad. Pero además, ofrecen la posibilidad de, en vez de adquirir el auto terminado, hacerse con un pack de piezas para montártelo tú mismo. ¿Te suena la tendencia do it yourself?

En los primeros compases de Socialholic leemos acerca de cómo Internet nos ha empoderado para posicionarnos cada vez más como creadores-consumidores en detrimento de la costumbre de asimilar nuestra posición pasiva como meros consumidores. De cómo aquellas personas que aunque no profesionales, tienen como hobby alguna temática y dado su entusiasmo pueden colaborar y aportar como lo haría un experto o convertir precisamente su afición a remuneración por su entusiasmo.

En el terreno de los bits, la tecnología facilita mucho esta visión gracias a la evolución del software, en Socialholic esto se ilustra con el caso de Isasaweis como creadora que pasó de grabar vídeos como afición a ganarse el sueldo con ello. Más allá de lo digital, vemos cómo casos como el que nos ocupa sirve de ejemplo para lo que Chris Anderson llama la próxima Revolución Industrial, cuando «los átomos jueguen el mismo papel que los bits» a la hora de innovar, crear, compartir o colaborar.

Efectivamente, hay una buena cantidad de talento que se desperdicia pero, gracias a la poderosa interconexión actual, estamos aprendiendo a aprovecharlo para construir mejores productos y servicios, más diversos y a un menor coste.

Prueba de ello es otro ejemplo de efectividad que nos deja esta organización: «cuando el Departamento de Defensa de EE.UU. convocó un concurso para construir el que sería el próximo vehículo de combate. Local Motors presentó una idea emergida de la comunidad, el Pentágono la estudió y tres meses después les llegó una notificación: ganaron el concurso».

Escuchar y poner en valor las ideas de los usuarios crea un fuerte vínculo con la marca. Un cliente puede ser a la vez colaborador y un trabajador, cliente. Cuantos más lazos de conexión entre usuarios y organizaciones mayor será el sentimiento de pertenencia y se podrán generar más ideas aprovechables por la marca para mejorar sus productos.

Una iniciativa al corriente de este hecho es El laboratorio de los fans, un espacio de co-creación dispuesto por la marca también de automoción, Toyota España, para poner en valor las ideas de los clientes que quieran hacer llegar las propuestas. De más de 600 ideas que los usuarios hicieron llegar a las plataformas sociales oficiales, se han elegido 10 para que, a su vez, ingenieros o diseñadores puedan llevar a cabo las maquetas que luego se producirán utlizando impresión 3D y de ahí a la posibilidad de formar parte de los vehículos en vigor.

Aquellas marcas que sepan transformar su negocio en una plataforma abierta compartiendo primero su «código» para después retroalimentarse de la colaboración con diversos stakeholders obtendrán una mejora competitiva esencial para su crecimiento o supervivencia en el mercado. ¿Te atreves a abrir tu modelo para co-crear con usuarios?