
#Lidertarios: érase una vez las personas
23 enero 2015
– Hola Fernando, buenos días Juan Luis. Sentíos como en vuestra casa.
– Nos ha fastidiado, yo en mi casa desayuno y aquí no me vais a dejar.
Hoy #TcDesayunos ha quedado en casa. Fernando Polo y Juan Luis Polo han dejado la silla libre a los invitados para pasar a ocupar la palestra y decir eso de ‘Yo he venido a hablar de mi libro‘. El 15 de enero se publicó Lidertarios y esta semana repartimos un ejemplar a todos los tecerianos. Primera pregunta de los autores: ‘¿Quién se ha leído ya el libro?’. Silencio en la sala. Segundo intento: ‘¿Qué ilustración os ha gustado más?’. Ahí sí que arrancaron las intervenciones de algunos tecerianos.
Los micrófonos y las cámaras vuelven a llenar la agenda de los hermanos Polo con motivo del lanzamiento de su segundo libro ‘Lidertarios’. Y por si el atracón que se pegaron en Barcelona en la presentación de hace dos días les supo a poco, hoy los hemos puesto en primera plana para saber qué les inspiró a escribir sobre los trabajadores de su empresa. ‘Después de #Socialholic decíamos que si escribíamos otro libro, también tenía que ser sobre algo que hubiéramos vivido en primera persona para poder aportar un valor extra al lector. No queremos escribir los libros de otros. Si en el anterior dábamos una visión global de todo lo que hacemos en Territorio creativo, en este detectamos la oportunidad de contar cómo nos organizábamos internamente‘, explica Fernando.
Queda claro que a los hermanos Polo les emociona emplear conceptos ajenos a la RAE: socialholic, lidertarios, imprendedores, empresas líquidas… Por eso es menester, en este caso, desgranar la palabra que da título a la nueva criatura que ha nacido de las entrañas de una organización como Tc. ‘Un lidertario es un guía que inspira, que motiva y nos guía por el desfiladero de las batallas de nuestro día a día. Es esa persona que sabe que poner a las personas en el centro es una magnífica inversión en la rentabilidad y competitividad de las empresas porque se aleja radicalmente del modelo más extendido, el del jefe «ordeno y mando», aquel que cree que tiene la autoridad porque lo pone en su tarjeta’. Fernando suscribe la definición y añade: ‘Hablamos de un líder que sabe que su liderazgo es temporal y que trabaja con otros en comandita para inspirarse, alejándose de la idea de llanero solitario’.
El debate que se ha abierto en #TcDesayunos ha sido la cafeína de la mañana. Muchos de los tecerianos han tenido que tragar saliva antes de contestar a algunas de las preguntas que suelen ser tabú en las empresas jerárquicas. ¿Creéis que deberíamos limitar los sueldos de los socios? ¿Comprarías participaciones de Tc? ¿Deberían ser públicos los sueldos al igual que lo son las evaluaciones internas del personal? Manos arriba esto es un atraco para contestar. Y al final todo ha fluido porque el miedo no se entiende en una comunidad cooperativa y los que llevan más tiempo ponen el oído para escuchar hasta al recién llegado.
En las empresas sin jefes hay un factor que prima por encima de los demás, la transparencia. ‘Para creernos el mensaje de una organización donde nadie tiene la verdad absoluta como para sentirse el jefe supremo, la información tiene que estar accesible a cualquier trabajador, es la única manera de darle motivos para sentirse parte de la empresa’, afirma Juan Luis.
Solo cuando consigues esto logras el hábitat propicio para que prolifere la innovación. ‘El trabajador de las empresas líquidas tiene la seguridad de que si toma alguna decisión desafortunada no va ser despedido porque existe la libertad de equivocarse dentro de la cultura que premie el hacer cosas’, apunta Fernando.
Llegaba el final del #TcDesayuno porque se han acabado los cruasáns y las preguntas. Y como siempre nos llevamos una reflexión para hacer bien la digestión aquí va ésta: melón con jamón y empresas sin jefes es el menú que muchos deberían incorporar en su carta.
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