
La economía del boca a boca (X): Del círculo de cercanía, a la velocidad y el contenido enlazado
26 agosto 2009
No se trata de seguir hablando de boca a boca, al contrario, el mismo ha estado siempre presente entre las herramientas de marketing que todas las empresas tenían a su disposición. Otra cosa es que dada la utilidad que se le dio, se llegase a sacar todo el partido. Por eso, continuamos con el análisis de las variables que componen el paso adelante que ha dado esta herramienta de marketing gracias a Internet. Hablamos de la economía del boca a boca, de otras tres variables adicionales que la componen: Círculo de cercanía, velocidad de transmisión, el contenido enlazado y su política.
Conviene dejar una cosa clara, el Social Media no ha venido para reinventar el boca a boca, de hecho la comunicación usando esta herramienta se sigue dando con mayor frecuencia cara a cara, y aunque el boca a boca sea algo más que el Social Media, lo que no podremos negar es que la aparición y utilización de sus herramientas han permitido avanzar en la forma como llevarla a cabo, y en darle un uso más intensivo, como parte de la economía del boca a boca.
Primero, y entrando ya en las variables reseñadas, porque el número de gente a la que llegamos no se limita a las 150 personas del círculo de cercanía que tiene cada uno (como lo definió Malcolm Gladwell en ‘The tipping point’), hay amigos no desvirtualizados a los que ahora llegamos, que en el mundo offline nunca alcanzaríamos.
Segundo, porque la velocidad a la que el mensaje que transmitimos no sigue en la progresión uno a uno (salvo en el caso de que estés con un grupo de amigos), sino que el mismo se convierte en un mensaje uno a muchos, logrando que el ritmo de conocimiento de lo bueno o malo que sea una cosa se incremente (la velocidad a la que se mueve el mensaje, ahora, se mide en minutos y no en horas o días).
Tercero, ese aumento en el número de componentes de tu círculo de cercanía, sumado a la velocidad a la que se mueve la información, se sustenta sobre la base de la política que adopte cada uno a la hora de enlazar el contenido que queramos compartir, y sobre el que queramos conversar.
En suma, por equiparar cada cosa a lo que vemos en la imagen, la boca sería el contenido y cómo se enlace éste, la oreja el círculo de cercanía, y el flujo entre boca y oreja la velocidad a la que la información se mueva.
Las tres variables miran a las herramientas sociales, a Twitter, a Facebook, a las redes sociales, a un blog bien diseñado… ¿Alguien duda que no hay un contenido que se crea a través de un blog, sea enlazado siguiendo una idea determinada, usando la velocidad de Twitter y Facebook, para llegar al círculo de proximidad que forman los amigos y followers de una y otra herramienta?
Cierto que el boca a boca no se compone sólo de la comunicación online, y vía el Social Media. Pero en la economía del boca a boca, la cosa cambia. La redistribución de los recursos escasos (si eso puede llegar a darse en el mundo online que vivimos), y la optimización de los mismos, sí dependen, y mucho, de las herramientas sociales y del interés que mostremos en conocer todas las variables que forman parte de esta economía. No sólo se trata de un juego entre emisor y receptor. Ahora la ecuación se multiplica por el número elevado de jugadores que forman parte de la misma, junto a la suma de las diferentes variables que conforman dicha ecuación.
Eso sí, y a modo de anécdota, desde el punto de vista comercial del uso del boca a boca (físico), la clave está en acertar en la oreja correcta con la transmisión del mensaje (suele ser más efectivo iniciar la conversación por el lado derecho para temas como cenas con más de un comensal, reuniones de ventas y eventos de networking). Hasta en eso hay una ciencia que se aplica.
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