
La economía del boca a boca (IV): Conciencia y credibilidad
29 abril 2008
Me apunta Fernando en la entrada de la serie en la que hablaba de «hacer ruido«, que me estaba cargando con razón a una parte del departamento de marketing. Quizás todo venga motivado porque en mi ideario de la economía del boca a boca, el hacer ruido no tiene cabida. Como tampoco relaciono publicidad con boca a boca y en cambio sí con marketing, por el simple hecho de que a esto lo considero un acto instintivo de alguien recomendando una cosa que le ha encantado sin contrapartida. Dicho lo anterior, me ha llamado la atención el revuelo que se ha montado con las entradas de Enrique Dans y Alt1040 a propósito de aceptar o no post patrocinados. Y es que eso no entra dentro de lo que sería la economía del boca a boca, porque el acto – consecuencia no debe incluir ningún tipo de ganancia, ni en forma económica, ni en forma de regalo, sólo en forma de gratificante experiencia. Atacaría a otra derivada dentro de esta economía: la conciencia.
Por ella me refiero a la de quien escribe – recomienda, que acepta ese juego y su posición de prescriptor hacia terceros. Al efecto que la entrada en ese juego motiva sobre la libertad de expresión, y el posible daño que se causa sobre la credibilidad, por el mero hecho de haber por medio una contrapartida.
Si la conciencia se queda tranquila, nada que objetar, ya que en casa cada uno puede hacer lo que quiera. No obstante, es entrar en un círculo vicioso, que afecta al blogger y no a la empresa que está haciendo su trabajo, que no es otra cosa que se hable de su producto. La derivada de la conciencia afecta al contenido, la derivada de la publicidad afecta al continente, que es donde debe entrar el post patrocinado. Y tanto el contenido, como el continente, deben ser dos entes gestionados por separado. Si la conciencia es libre, se comentará sobre el producto diciendo lo que realmente se piensa, aunque sea malo. ¿Y siendo pagado? Cuesta creerlo, porque la conciencia afectará a la libertad de expresión, y el riesgo de traspasar la frontera del lado oscuro será elevado. ¿Con quién quedar bien? ¿A quién te debes? Así, la única opción que queda es informar, no opinar (aunque haya excepciones, que pese a estar bien hechas, dejan aroma a nota de prensa, frente a la naturalidad que supone escribir un post para opinar lo bien que te ha ido con una empresa que no te ha patrocinado la entrada), así es como veo yo la diferencia con lo que terminan siendo los posts patrocinados. Entonces, ¿no se rompe la esencia de lo que es un blog personal?
Me he encontrado algún comentario en forma de entrada, en el que se dice que los A-Bloggers no entran en este juego por soberbia, y que al final de la escala de tipos de bloggers, esos posts patrocinados terminan recogiéndolos los humildes que sí aceptan entrar en el juego. Sin embargo, en ambos casos, tanto la soberbia, como la humildad, se ven afectadas por la conciencia, y el juego que se quiera establecer con ella. Ahí entra el juego de quienes lo aceptan, y quienes no ven beneficio en la jugada, sean del tipo que sean sus blogs, por eso el destacar la palabra personal.
En este sentido, en el blog de manfatta comentan que el Reino Unido va a supervisar las tácticas de buzz marketing, aprobando una ley de protección del consumidor contra la competencia desleal, y considerando como delito:
- Difundir mensajes positivos sobre una marca en un blog, sin avisar que el mensaje fue creado por o en representacion de la marca.
- Utilizar especialistas en Buzz marketing para comunicar con consumidores potenciales, sin divulgar que están actuando como promotores de la marca.
- Difundir spots virales sobre una marca, aparentando que el remitente es un usuario no vinculado a la marca.
No se puede equiparar un blog personal con un blog comercial. Este último no obtiene mayor ganancia, que probar un producto que luego devuelve, y si lo estima oportuno hacer contenido al respecto, pero juega en otra liga. Además, tiene diferenciado el contenido de la publicidad. Por esa razón se crearon unas posiciones publicitarias que con formato de entrada, y dentro de la parte delimitada para publicidad, son en el fondo posts patrocinados y con texto escrito por el anunciante, alejando de este modo cualquier atisbo de tentación que pudiera presentarse al cobrar por meter contenido patrocinado en una entrada. Y esto no implica que por ser blogger profesional se acepte que entre dentro del contenido un post patrocinado, porque en ese caso, de nuevo entran en juego conceptos como credibilidad, conciencia y libertad de expresión.
Por poner un ejemplo que todos tenemos cerca. Al profesional le presta una empresa tecnológica un gadget para que lo pruebe y lo destripe, lo que supone que tiene un contenido a mano, para que si verdaderamente cree que tiene algo que decir lo publique. Como no hay ningún acuerdo con la empresa, ni verbal, ni firmado, ni económico, ese profesional no pone su conciencia en juego, ni pierde la credibilidad, ni la libertad de expresión que es la que al final le da de comer de verdad. Por ese motivo viene la pregunta, ¿todo esto lo hace el blog personal? Respuesta gallega: depende de la conciencia. Y resumiendo, un post patrocinado no entra dentro de lo que sería la economía del boca a boca.
También comentan al respecto de los post patrocinados Pisito en Madrid, Yago Arbeloa y Miguel Angel Gatón, defendiendo el hacer entradas patrocinadas bajo unos conceptos bien claros.

