
Internet y la web social: el vehículo de nuestra estrategia personal
6 julio 2011
Hoy concluimos esta serie de post que empecé hace 2 con crisis oportunidades y otras hierbas, donde he querido plantear reflexiones, pensamientos y conclusiones para enfrentar una época compleja, pero no por ello menos apasionante y donde los verdaderos catalizadores de ideas están destinados a ser el relevo y la respuesta a una economía necesitada de verdaderos hacedores y motores que nos impulsen a una nueva era.
Quiero recordar que, como ya decíamos en el anterior post, las personas y la aptitudes que estos tengan son el principal motivo que nos darán posibles soluciones a la época de conflicto que nos ha tocado vivir.
Verdaderos agentes de cambio capaces de ser ejes, o imprescindibles. Esto es Individuos que pueden meterse en el caos y crear orden, capaces de inventar, conectar, crear y sobre todo ser los responsables de que las cosas sucedan. En una palabra: marcas que ayudan a otras marcas a relacionarse y a crecer en un ámbito y relación de simbiosis.
A su vez, pocas veces en la historia de la humanidad, un entorno ha sido tan influyente como el que estamos viviendo en la actualidad. Nunca desde el escritorio o el móvil de cada uno de nosotros se ha tenido tanto poder (al menos de convocatoria y difusión) como el que podemos tener hoy solo encendiendo y conectándolo a Internet.
Quizás por cotidiano, por común o puede que por la casi nula dificultad de acceso (al menos aquí en España), podemos caer en el error de no darle el valor que esto amerita. ¿Cuál es el motivo para no utilizar el increíble potencial de la Web social para potenciar esas aptitudes que la sociedad actual necesita? Invertir en nuestra marca personal, con estrategias en medios sociales se me antoja imprescindible.
Pensar que las estrategias en social media son para las empresas es pensar como se pensaba en el pasado, donde la «compañía» era el entorno, donde la vida laboral de un «trabajador» era anónima. Donde la fidelidad era un valor muy tomado en cuenta. Se trabajaba de 9 a 5 en una gran compañía (factoría) que nos ayudaba a tener una casa, un coche y ciertos para bienes de la llamada sociedad del bienestar y donde el adjetivo más usado era «seguridad», a cambio de ser un recurso humano más dentro de la compañía.
En el pasado dentro de un entorno, de seguridad e inmovilidad, era normal e incluso lógico, ese pensamiento. Invertir en una marca propia iba contra natura. ¿Para qué moverte, para qué cambiar las cosas si el mercado y el mundo laboral no te daba espacio, e incluso eras visto con malos ojos? Eras inestable, ambicioso y, en el peor de los casos, inconstante y sin capacidad de compromiso.
Pero si algo caracteriza al mercado actual es su volatilidad, cambio e incertidumbre. Hoy no existe papa S.A. que nos proteja de por vida, hoy todos somos individuos que tomamos decisiones todos los días y que todos los días son puestos a prueba en un entorno de competividad mayor… Que nos movemos y que asociamos intereses entre una compañía (cada vez más un grupo de agentes del cambio, en un objetivo común en un momento del tiempo determinado) y menos trabajadores asalariados a la antigua usanza. Hoy somos YO.sl
Pensémoslo por un segundo. Y soy consciente de que no descubro nada al decir en este espacio los parabienes y logros de la Internet y la Web social, (son muchos y muy buenos los artículos de muchos de mis compañeros que así lo atestiguan). Pero querría lanzar la pregunta, por un momento, si cada uno de nosotros hemos caído o somos conscientes de ese poder, de ese auténtico altavoz de masas del que disponemos al encender un móvil, conectarnos a una red o al subir una foto a una red social, no tanto para promocionar X o Y empresa sino nuestra propia marca, nuestro yo.sl.
Sí, es cierto que, diariamente, muchos de nosotros consumimos Internet, ya sea para escribir un correo, leer una noticia en una Web, visitar nuestra red social, o incluso subir alguna fotografía. Pero ¿cuántos de nosotros estamos llevando acabo una verdadera estrategia de personal branding en entornos online? Quiénes se han preguntado cuestiones como:
- ¿Me interesa un Blog? ¿De que lo haría? ¿Por qué?
- ¿Qué se supone que sería un éxito? ¿Y un fracaso?
- ¿Cómo mido mi ROI?
- ¿En que redes sociales debería de estar y qué tipo de información comparto en cada una de ellas?
- ¿Dónde están las personas que quiero sepan de mi existencia?
- ¿Diversificamos o nos centramos en un solo entorno? ¿Estoy llegando a ellas?
- ¿Cuánta es la frecuencia idónea de actividad?
Lo de «Facebook no es para mí», o «Twitter es una pérdida de tiempo» o «No tengo nada que decir» son frases lapidarias que lo único que entierran es nuestra marca… ¿vas a dejar que otros la ocupen?
Tú decides.

