
Innovación en las aulas: la evolución del libro de texto
7 febrero 2012
La preocupación universal por la educación ha generado un sistema de excusas en el que todo el mundo echa las culpas al vecino. Los padres a la escuela, la escuela a los padres, todos a la televisión, la televisión a los espectadores, al final acabamos pidiendo soluciones al gobierno, que apela a la responsabilidad de los ciudadanos, y otra vez a empezar. En esta rueda infernal de las excusas podemos estar girando hasta el día del juicio. La única solución que se me ocurre es no esperar a que otros resuelvan el problema, sino preguntarme: ¿qué puedo hacer yo para solucionarlo? –José Antonio Marina– filósofo, ensayista y pedagogo español.
Que la educación es un pilar fundamental de cualquier sociedad, es algo en que la mayoría estaremos de acuerdo. Adecuarse a los retos y necesidades, perpetuando el ciclo de enseñar a las generaciones futuras el conocimiento acumulado por nuestros mayores, han sido desde hace tiempo pilares de las sociedades modernas y, sin duda, han sido fundamentales en nuestra evolución como especie.
Sin embargo, podemos observar que la efectividad de esa transmisión de conocimiento es cada vez menor. Las clases son, hoy en día, muy similares a las que habían 30, 40 ó 50 años atrás y, sin embargo, nunca han sido tan distinta una generación de estudiantes a su predecesora. Hoy los denominados nativos digitales, acostumbrados a un lenguaje, comunicación e interacción con el mundo no entiende qué pretenden las escuelas y sus profesores con la vetusta forma de comunicación de un profesor sin más ayuda que un libro y una tiza explicando, por ejemplo, el complicado mundo de una célula.
Muchas son las propuestas que están surgiendo, y muchos los profesores que saben de la necesidad de dar un vuelco a esta dicotomía entre las necesidades y realidades del alumnado y las propuestas y sistemas del sistema educativo, iniciativas como el I Congreso Nacional Internet en el Aula, (del que tuve la suerte de formar parte como parte del equipo organizador en red.es) o su reflejo virtual Educacontic que pretende seguir siendo un espacio de difusión e intercambio de buenas prácticas educativas donde las TIC son las principales protagonistas. Son algunos de la multitud de ejemplos que se están realizando en nuestro país.
Yo querría centrarme en uno.
Los libros de texto
No creo que no exista nadie que supere el cuarto de siglo que no recuerde el primer día de clase, con la pila de libros de diferentes colores recién forrados y listos para ser transportados más de 200 veces en el siguiente curso escolar. El papel era el protagonista absoluto y único sistema factible en las aulas de aquellas épocas. Hoy ese entorno ha cambiado, todos conocemos y muchos ya tenemos tableta o lectores de tinta electrónica dónde podemos llevar en pocos gramos cantidades ingentes de contenido ya no solo textual sino abierto a un multiverso multimedia rico y complejo.
De hecho, me choca mucho ver a un padre en el tren llevando a su hijo al colegio mientras ve las noticias o visualiza un vídeo en su tablet que no ocupa mucho más de una palma de la mano, mientras el niño va a su lado con una mochila de su tamaño, arrastrando la pesada carga de varios libros y cuadernos… La brecha es palpable y necesitamos reflexionar sobre ello. Nadie duda que la sociedad futura, como lo está empezando a ser la actual, será digital, y la educación debe adaptarse para utilizar los mecanismos, herramientas y lenguaje que han surgido alrededor de ella .
Las empresas, cada vez más conscientes de que tienen mucho que decir en este sentido, saben del potencial y conocen mejor que ninguno el reto que ha supuesto el cambio de paradigma. Por ejemplo Apple, que siempre ha sido sensible a su aportación en el ámbito educativo, nos mostró hace unos días en New York, la intención de llevar su tablet (iPad), líder indiscutible en este sector, a las aulas, con la presentación de Ibooks 2 e Ibook author que nos permitirá publicar libros de texto que permitirán explotar las características y bondades de un tablet interactivo. O sectores que, en principio, estaban asociados al entretenimiento como el de los videojuegos, entienden el potencial que pueden aportar en ámbitos educativos, acuerdos como el de Electronic Art (gigante del sector) y la Universidad de Alcalá es un claro ejemplo en este sentido.
Entender y aprovechar las oportunidades
Pero, si bien, estas iniciativas son importantes, la llave del cambio está en el tejado de las editoras y responsables de la generación del contenido. De nada servirá todo el esfuerzo y buen hacer de empresas, profesores y sistemas educativos si no existe un material a la altura. Que un sistema permita hacer muchas más cosas, que sea mucho más avanzado en posibilidades, no tendrán sentido sino existen empresas que lideren la generación del contenido que le den sentido a esos avances.
Por ello, no estamos ante un simple cambio de soporte para aligerar las espaldas de los alumnos trasladando a sistemas digitales los pesados libros de papel, sino de un nuevo mundo de posibilidades de comunicación didáctica con ellos.
Diseñadores interactivos, animadores, modeladores en 3d, editores de vídeo deben ser profesiones con mucho que decir en la nueva era del contenido digital para la educación.
La oportunidad es única y quien sepa verlo se llevará el gato al agua. Y es responsabilidad de todos que sea así. Padres y profesorado exigiéndolos y empresas y editoriales entendiendo la increíble oportunidad que se les presenta por delante.
El futuro de la educación de nuestros hijos está en juego.

