I.E. (Inteligencia Emocional)

GoodRebels

17 febrero 2014

No tener miedo a cometer errores ayuda a aprender

Leonardo Amaya en #TcDesayunos Colombia.

Mucho se habla de inteligencia emocional en las personas pero, realmente, ¿qué tiene que ver con las empresas? Al hablar con Leonardo Amaya, psicoterapeuta y profesional en Gestión Humana, Talento, Liderazgo, Desarrollo Profesional y de Equipos, se entiende por qué las organizaciones deben preocuparse por la inteligencia emocional de sus empleados, pues ahí radica un gran porcentaje del cumplimiento de los resultados de los objetivos planteados por la compañía.

Aunque es un tema que las compañías están empezando a tener en cuenta, aún falta implementar métodos que promuevan el manejo adecuado de las emociones. Amaya nos explicó en un nuevo #TcDesayunos Colombia cómo impactan los sentimientos de las personas en el resto de la organización.

¿Cómo definirías la inteligencia emocional?

Leonardo Amaya: Inteligencia emocional es una característica humana que permite el reconocimiento tanto de las acciones propias como las de los otros. Ese reconocimiento conduce a la gestión racional de las propias emociones y de los demás. A nosotros nos resulta muy difícil manejar eso de manera espontánea porque no somos conscientes de las dinámicas internas de nuestras emociones, solemos pensar que la emociones brotan, pero las emociones están asociadas a juicios inconscientes pero activos que están en nosotros. Toda la interacción con el mundo es a partir de juicios que no son plenamente conscientes que se nos hacen difícil manejar. El problema es que, muchas veces, esas emociones reclutan conductas disfuncionales. Eso genera muchísimos problemas en las empresas y puede interferir en la toma de decisiones dentro de la organización.

Las empresas se fundamentan en la toma de decisiones. No hay empresas que no decidan, gerentes que no decidan. Las empresas operan a partir de productos complejos, es decir, las empresas unipersonales se apoyan en otros que son externos. Si lo característico de una empresa, además de la toma de decisiones, es el trabajo colaborativo y de alto desempeño, no nos unimos para que cada cual haga su parte, sino que todos construyamos algo para superar el número de las partes. Para que esa interacción sea eficaz, deben haber emociones proactivas y evaluaciones realistas de la gente que trabaja con nosotros.

¿Cómo hacemos entender a los grandes directivos la importancia de la inteligencia emocional dentro de las organizaciones?

L.A: Las empresas lo tienen muy claro. Lo que pasa es que hay muchos temas que hasta hace un tiempo eran tabúes. Por ejemplo, hablar de felicidad en una empresa sonaba rarísimo. Ahora, si les pagas a tus empleados para que sean felices, les estás pagando para que trabajen mejor. Siempre hay que romper algunas barreras emocionales a la elaboración de los propios campos de trabajo, es decir, los mismos locos que se encuentran en la calle se encuentran en las organizaciones. Hay que trabajar para que se logre una relación con el consultor, y eso requiere tiempo.
Una ardua tarea les espera a las organizaciones. Sus empleados son de vital importancia dentro del esquema jerárquico. Todo nace a partir de las emociones.