
Hologramas: ¿el futuro que ya hemos alcanzado?
28 octubre 2015
«No puedes predecir el futuro, pero sí inventarlo». Quizás estas palabras de Dennis Gabor, inventor de la holografía y ganador por ello del Premio Nobel de Física en 1971, resonaban en la cabeza de George Lucas cuando quiso que la Princesa Leia apareciese como un holograma frente a Luke Skywalker en Star Wars. En ese momento, dicho futuro sólo estaba en su imaginación y, gracias a la película, en la de todos nosotros; pero hoy, más de 30 años después, nos encontramos con que el futuro ya es presente y el sueño, una realidad.
Como ya comentábamos en nuestro Whitepaper #TcTrends 2015, es imposible hablar de las tecnologías que inevitablemente van a cambiar el mundo en los próximos años sin hacer mención a los hologramas. En todas sus versiones: estáticos, en vídeo o en 3D.
Partiendo de la base teórica, la holografía consiste en crear imágenes tridimensionales basadas en el empleo de la luz; de ahí que el término nazca del griego “holos”, que significa “completo”: porque muestra el objeto por completo, no sólo una perspectiva. ¿Anodino? ¿Simple? No lo parece tras descubrir el trabajo que están haciendo Microsoft, Apple o el MIT; tres de los actores que están trasladando la teoría a la práctica y convirtiéndola en una realidad realmente apasionante.
Una nueva herramienta para el marketing
2014 y 2015 han sido los años de la irrupción de la holografía en el mundo del espectáculo, el marketing y la comunicación. Su capacidad para poner frente a un público a una persona u objeto que no se encuentra en ese espacio físicamente, sin la frialdad de una pantalla de por medio (una gasa transparente es toda la superficie que se necesita para proyectar la imagen) y dando la increíble sensación de poder tocarlo, abre un nuevo abanico de posibilidades.
Hasta ahora, los conciertos y eventos musicales, escenarios donde la capacidad de inventiva al servicio del espectáculo parece no tener límites, han sido los ámbitos en los que más frecuentemente hemos visto esta tecnología. Desde la sorprendente reaparición que el fallecido rapero Tupac hizo en el festival Coachella 2012 para interpretar dos de sus temas (un hito que se repitió dos años después para revivir a Michael Jackson en los premios BillBoard), hasta la proyección del mayor holograma 3D del mundo en el evento Epic 3.0 del DJ Eric Prydz, pasando por el sorprendente caso de Hatsune Miku, un holograma que en los últimos años se ha convertido en una de las ¿cantantes? ¿artistas? más exitosas de Japón. No existe, pero su triunfo sí: llena conciertos, genera ingresos por valor de 120 millones de dólares, tiene más de dos millones de fans en Facebook y ha sido telonera de Lady Gaga (¡!).
Visto esto, es innegable que los hologramas tienen su hueco en la industria del ocio, pero ¿y si trasladamos su aplicación a otros ámbitos de la vida pública, como la política? Pues tampoco es una quimera. Si no, que se lo pregunten al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que en enero de 2014 se convirtió en uno de los primeros políticos en emplear esta tecnología al proyectarse como holograma para dar un discurso en un mitín de su partido al que no podía asistir físicamente. Una maniobra de marketing en la que, dentro del panorama político español, es difícil no hacer la comparación con aquella aparición estelar que Mariano Rajoy hizo frente a los medios en 2013 en una televisión de plasma…
La tecnología que acompaña a la producción de hologramas es extraordinariamente compleja, pero -para los que la tienen a su disposición- ofrece la posibilidad de proyectarse de un punto a otro del planeta, superando, como si de ciencia ficción se tratase, las barreras físicas ¡e incluso legales! Tal fue el caso de Julian Assange, que burló todos los controles para aparecer en Estados Unidos y participar en el Nantucket Project 2014… ¿adivináis cómo? En forma de holograma. Aún estando recluido en la embajada ecuatoriana de Londres, los asistentes a su conferencia pudieron verle, escucharle e incluso interactuar con él. Algo parecido a lo que hizo la cadena de hoteles NH, que protagonizó un hito en España al lograr que Hugh Jackman atendiese holográficamente a la prensa en la presentación de la película ‘Chappie’, y que repetirá gesta el próximo 3 de noviembre en la presentación de TcResearch (¡os esperamos!).
El sueño de Gabor, ¿realidad?
En el sentido estricto, un holograma se entiende como una figura tridimensional que ‘flota’, puede rodearse y se ve de forma distinta desde diferentes ángulos; por lo que, la otra cara de esta realidad es que todos estos ejemplos, aunque parecen hologramas, no lo son: suelen proyectarse sobre pantallas y generan una ilusión de profundidad que no es real. Entonces, ¿lo que hemos visto en películas como Star Wars, Regreso al Futuro o Avatar es aún una utopía? Sí, pero puede que no por mucho tiempo…
Como se repite en muchas ocasiones, Apple es una de las empresas que se encuentran a la cabeza en la investigación de tecnologías para producir hologramas reales y, de hecho, ya ha patentado una que –según ellos mismos han confirmado- no precisa de visores, gafas 3D ni ningún medio reflectante. Una idea que aún está muy lejos de ser un prototipo, pero que otros actores también están desarrollando y promete revolucionar mundos tan opuestos como el de las telecomunicaciones –Microsoft trabaja en una tecnología para realizar videoconferencias holográficas con Skype– y el de la salud – ya existe un dispositivo holográfico desarrollado por la Universidad de Cambridge que permite realizar un diagnóstico médico al entrar en contacto con la sangre, la orina o la saliva-.
Hay un futuro que ya hemos alcanzado y otro que aún está por inventar, pero –sea como sea- la holografía ha llegado a nuestras vidas y promete quedarse.

