
¿Hay vida después de Facebook?
22 junio 2010
Facebook es, sin duda, la red social por antonomasia y está desplazando a las redes locales hasta convertirse en un foro global donde parece que todos debemos estar presentes si queremos participar en la conversación. La situación ha llegado a un punto en que no tiene sentido mencionar su número de usuarios, porque seguramente la cifra aumente mientras termino de escribir este post y busco una imagen para ilustrarlo.
Es curioso que, mientras hablamos de los nichos de mercado, el long tail como modelo de negocio y la segmentación de audiencias, estemos creando un espacio global y masivo, absolutamente heterogéneo y donde vampiros, granjeros y mafiosos conviven bajo el paraguas de Mark Zuckerberg. Llegados a este punto, creo que conviene recordar que existen las redes sociales verticales… Unos espacios más reducidos donde podemos relacionarnos con otros usuarios mucho más afines a nosotros, que compensarán su «escaso» número con la relevancia de sus informaciones y la mayor actividad de las comunidades que conforman.
Existen en la actualidad herramientas como Ning o Webjam que permiten a cualquiera de nosotros crear una red social propia sin tener conocimientos de programación y precisamente ese es el sentido de este post: mostrar algunas de estas comunidades verticales y las características que las hacen diferentes, específicas y únicas.
- Post 55: En un país con una elevada tasa de envejecimiento poblacional y que realiza importantes esfuerzos para alfabetizar digitalmente a sus mayores, era sólo cuestión de tiempo que alguien descubriese la necesidad de crear una comunidad específica donde las personas mayores puedan recibir información de su interés y relacionarse entre sí… Todo ello con un interface sencillo que les permite interactuar con la aplicación sin demasiados problemas e incluso generar sus propios contenidos a través de blogs integrados y otras herramientas. Si hasta ahora asumíamos como normal que el usuario iba integrándose en nuevas comunidades conforme aumentaba su edad (de Tuenti a Facebook, por ejemplo), tal vez debamos añadir un nuevo peldaño a la escalera evolutiva en las redes sociales.
- Goblonet: Es una comunidad más vertical aún, ya que se autodefinen como «La red global de los gobiernos locales del Siglo XXI» y han creado un espacio de intercambio de ideas, conocimientos, proyectos y experiencias específicamente dedicado a funcionarios y miembros de las administraciones locales. Esta es una iniciativa de la Federación Española de Municipios y Provincias que comenzó a funcionar este mismo año y aún debe alcanzar una masa crítica de usuarios que le permita afianzarse y generar valor en base a los objetivos de sus creadores.
- Cinema Vip: Cuenta con más de 120 mil usuarios y está configurada como una red profesional para todos los que se dedican al audiovisual, a los que proporciona un espacio común donde crear grupos, relacionarte con usuarios afines, ofrecer o demandar empleo, informarte sobre eventos, ayudas o subvenciones, pedir presupuestos…
- Aula en línea: Es una red social que tiene como objetivo proporcionar a los alumnos hospitalizados, sus padres y profesores un entorno seguro que permite conectar los hospitales y los centros educativos, paliando en la medida de lo posible los efectos adversos que una larga hospitalización o convalecencia pueden tener en la trayectoria académica del paciente.
Estos cuatro botones son sólo una muestra del panorama de redes sociales verticales en nuestro país. Pero ahí fuera existe todo un mundo de posibilidades, como Meetup (dedicada a reunir personas Internet para realizar actividades en el mundo real), Sprouter (una red social enfocada a empresarios y emprendedores) o Tyrannybook, creada por la filial portuguesa de Amnistía Internacional y que ha tenido que cerrar porque el número de usuarios ha disparado los costes de mantenimiento más allá de lo que la citada ONG podía afrontar.
Foto: Valleyfaces

