
Fukushima SEO
5 octubre 2011
«No he venido a jugar, sino a ser campeón del mundo. Vosotros dadme un coche y yo me encargo del resto». Fernando Alonso
Tras el terremoto del Panda (ver post anterior) muchos sitios web pensaban que ahí quedaba la cosa y que la caída en posicionamiento web había pasado rápidamente por su lado, sin afectarles. Pero como ocurrió en el terremoto de Japón, la pesadilla vino por mar con cierto retraso.
Desde la aparición del nuevo algoritmo de Google (en febrero en USA; en abril una versión bastante mejorada; en agosto en España) los cambios que siguen introduciendo en los resultados han provocado una segunda crisis, una crisis de valores en el SEO, comparable a la de Fukushima.
Cómo me posiciono
Las bases del SEO, según Google, siguen siendo la mismas: arquitectura, contenido y enlaces; sobretodo contenido, contenido y contenido. Pero la realidad que presenta el buscador es bien distinta. Las páginas de resultados siguen llenas de SPAM, contenido duplicado y verticales scrappers (copian contenido de otros sitios y no aportan más valor).
Esta semana, Avinash Kaushik (el ídolo de mi compañera Gemma Muñoz) promovió un tweet que llevaba a un interesante artículo: «SEO para no capullos« donde aconsejaba cómo hacer bien el SEO, o mejor dicho, cómo hacer un SEO bueno, pero no de calidad, sino un SEO de angelitos blancos y sonido de arpas, donde todo el mundo sabe qué posición debe ocupar en Google y donde la providencia Googleliana pondrá a cada uno en su lugar. Un SEO para el futuro, un SEO para el usuario, un SEO para… vale, básicamente se trata de hacer lo de siempre: crear buen contenido y rezar.
Stop wilfully conflating optimisation with being a slimy liar. Stop being a dick on the internet. Write something interesting, and keep doing it for months and years. SEO will then follow naturally.
La realidad es bien distinta. El SEO para Google se basa en: – Tú dame un buen coche y yo ganaré carreras.
Con qué me posiciono
Si es por las buenas y haciéndolo todo bien, sin riesgos a ser penalizado, con un buen coche:
- un sitio web completo y usable,
- indexable y bien estructurado, con una arquitectura estudiada,
- con contenidos actualizados de forma regular,
- integrado en 2.0 y una activa dinamización en redes sociales, tanto creando contenido como difundiendo el de otros.
Todos sabemos que eso cuesta dinero, el coche de Alguersuari cuesta dinero, el equipo completo de carreras de Force India cuesta mucho dinero y ¿para qué? ¿para ser décimos? ¿para acabar una de cada 5 carreras?
Como poco ese coche-web debe estar por encima de los 3.000 , y para una web normalita de una PYME normalita. Por desgracia, la mayoría de webs de PYMEs se parecen más a un 600 que a un Ferrari. Tener un Red Bull ya es solo para los más potentes, los que se toman a Google en serio.
¿Y si no tienes un buen coche?
Si no piensas invertir como los grandes debes asumir que no llegarás al TOP10, que acabar en la página 2 compitiendo con 4 millones de resultados es un éxito, que no se puede ser siempre el primero y que sin inversión no se alcanza el éxito.
Otra opción es hacer trampas, como se han ganado muchas carreras: rozando los alerones traseros, pasando por encima de los pianos, metiendo presión al compañero de equipo (si es rival) y con órdenes de equipo (si el rival es otro).

La carrera se ha puesto difícil con los continuos cambios en la reglas de Google: ahora sin alerones, ahora con el KERS en la segunda vuelta, no valen los aspiradores en los bajos; o traducido a Google: mapas, anuncios, universal search, products, +1, Bloquear sitios web, etc.
Ahora llegar a competir en la primera página será más caro, más difícil (seguirán habiendo cambios) y hace falta más inversión en un plan de marketing online más serio. Jugar a carreras está bien para los niños, pero competir en Google se ha vuelto un juego donde cada vez se invierte más, donde hay que hacer analítica web, posicionamiento de pago, promoción en redes sociales, y donde además a los que ganan dinero con malas prácticas no les importa lo más mínimo el usuario, pues solo quieren ver resultados económicos, rápidos y directos.
No podemos aconsejar las trampas, porque una empresa se juega ser penalizada y perder todo su tráfico desde buscadores, o que los pille el Panda y caigan un 70% en visitas. ¿Cómo te recuperas de eso? Pero la realidad es que más de la mitad de los que aparecen en primeras posiciones usan algún tipo de trucos. Aquí tienes algunos, usarlos o no es responsabilidad tuya.
«El riesgo siempre vive», Vasquez en ‘Aliens, el regreso’
Trampa 1: roba piezas de competidores caídos
En esta época de crisis, con un continuo cierre de empresas, también los sitios web están viendo desatendido su mantenimiento. Un sitio web con años de antigüedad, con enlaces entrantes, con contenido trabajado durante un tiempo, es una perita en dulce para aprovechar de su trabajo pasado. Cuesta un poco averiguar dónde encontrar dominios caducados, aunque es más práctico vigilar las webs de la competencia o relacionadas, sabiendo cual de ellas ha cerrado y haciendo una oferta al propietario del dominio.
Luego se crea un sitio activo (o se aprovecha el que ya hay) y se va migrando poco a poco el contenido a la propia web, o si se quiere ser más rápido con una redirección 301 se pasa a todos los visitantes de una web a otra.
Nota: la web caducan.com para la búsqueda de dominios caducados… ejem, caducó y está en venta.
Trampa 2: francotiradores web
Se llama así (snipper webs o Google Snippers) a sitios que se posicionan sin apenas contenido, aprovechando algunos fallos en el algoritmo de Google.
Las claves principales son:
- comprar un dominio con palabras clave en el nombre del dominio,
- generar contenido relacionado con el tema, orientado solo al posicionamiento, sin importar lo que vea el usuario,
- insertar publicidad de AdSense, gestionada por Google, para favorecer que el usuario cliquee sobre ella y genere beneficio.
Para comprar dominios podemos ir a algún sitio de subasta o compra/venta de dominios, como SEDO o similares.
Por ejemplo, gasolineraselectricas.es está disponible por 495 .
Si haces la búsqueda por ‘analista de marketing‘ encontrarás en la primera página varios snipper sites, creados a partir de contenido robado a otras páginas (ayer mismo me levantaron un post) y que se posicionan muy bien para solo dos o tres términos. Más adelante, cuando estabilicen su posición en Google le cambiarán el contenido y el diseño y podrán explotarlos comercialmente. El coste asociado para un TOP3 en ese término no debe haber pasado de los 3.000 – 4.000 , incluyéndolo todo: dominios comprados con la keywords, alojamiento, montar los WP (yo he descubierto 3, pero pueden ser más), programar la copia de contenidos, mantenimiento, etc.
En un país de picaresca, ¿donde queda el SEO ético?
¿La respuesta a estos malos resultados en Google pasa por un contenido ‘más social’?
¿Cuanto tardará el SEO en abusar de las redes sociales? Si ganas dinero con internet, ¿importa mucho que lo hagas sin generar buen contenido?

