
Employer engagement, la conexión entre cultura y trabajadores
17 abril 2015
– Buenos días Emilio, te vamos a microfonar ya.
– Ah, ¿pero que tengo que hablar yo? Con la pinta que tiene el queso…
Hoy en #TcDesayunos ha habido mucha química. Y no solo porque nos visitara Emilio Moraleda, ex presidente de Pfizer, que es la multinacional farmacéutica más importante, sino porque hemos visto la conexión y las reacciones que surgen entre los trabajadores y la cultura fuera de Tc. Algunos todavía no confían en que poner a las personas primero es rentable pero hemos comprobado que un gigante de los negocios ‘habla tan raro como nosotros’, habla de employer engagement, de trabajadores felices y de competitividad. Lo llaman utopía y no lo es.
Hay jefes que han sido cocinero antes que fraile. Como muchos de su quinta, Emilio empezó a trabajar con 19 años y después de muchas idas y venidas acabó dentro de unas de las compañías de farma más punteras de la época. Primero de Director de Recursos Humanos, luego de Director Comercial, de Marketing y finalmente de Presidente. Una organización con sede en 150 países y miles de empleados pero con una cultura recia y asumida: ‘En una compañía global es tan importante tener unos valores definidos como saber trasladarlos a cada uno de tus mercados, haciendo un traje a medida de tu cultura corporativa para cada uno de ellos’.
La cultura de excelencia se consigue cuando se vive en todos los estadios. ‘Los directivos son los primeros responsables de asumirla, practicarla y asegurarse de que se impregne en el resto de la compañía. Su cumplimiento y compromiso con ella es la mejor motivación para generar engagement con los trabajadores’, asegura Moraleda.
De hecho, construir la columna vertebral del espíritu de la empresa requiere un esfuerzo de los líderes: ‘Cuando llegué me di cuenta de que nadie conocía los valores de la empresa porque estaban recogidos en un manual tan denso que invitaba a guardarlo en un cajón, por eso decidimos simplificarlos en cuatro’:
- Resultados: performance de tu actividad. La cultura de tu empresa se refleja en la cuenta de resultados.
- Integridad: cumplimiento de las normas. No puedes volverte tolerante con el incumplimiento de la cultura porque la cultura ‘publicada’ debe coincidir con la ‘real’. Que el jefe no la cumpla no te exime de cumplirla. Es más, una vez detectada la persona de la que parte el problema la propia comunidad y sus compañeros se encargarán de expulsarle.
- Innovación para progresar. Es un sello de identidad, sobre todo si tienes una gran carga tecnológica.
- Identificar y Cuidar el talento: detectarlo y mantenerlo a través de motivaciones profesionales y emocionales. En la vida real, la mayoría de los trabajadores abandonan sus puestos porque sus jefes no les tratan bien no por el proyecto en sí.
Dotemos al individuo de libertad de decisión, pero desarrollemos su orgullo de pertenencia a la comunidad. Saquémosle pasaporte a la cultura corporativa para evitar los reinos de taifas.

