El santo grial de la web 2.0: consigue para mí lo que tú ya has conseguido

Juan Luis Polo

31 julio 2008

Meses dando vueltas a esta reflexión: ¿es repetible lo que hasta la fecha hemos conseguido determinadas empresas dentro de esta llamada web 2.0? ¿se puede «mecanizar» el método para «ser social», para conseguir que otras empresas alcancen el mismo nivel de notoriedad?

Me baso en el caso que mejor conozco, por feedback y por haber participado en él desde el principio: el de Territorio creativo. No es ningún caso de éxito, pero puedo hablar de él en primera persona. Ya es algo, teniendo en cuenta que normalmente estas cosas se cuentan de oídas.

Enumero los diferentes elementos a nuestro alcance, que hemos usado de manera intensiva:

La primera en la frente: mantener un blog. Si me preguntáis que opino del nuestro, os diré que es la mejor inversión en promoción jamás realizada por esta agencia. La mejor. Una herramienta que ha contribuido poderosamente a crear nuestra identidad digital. Comenzó como un «vamos a probar» para terminar convirtiéndose en el mayor escaparate que jamás hemos tenido, sin hablar apenas de Territorio creativo. Y han sido 3 años de trabajo muy intenso: de 2 a 3 horas diarias de lectura, análisis, conversación, lectura, escritura, colaboraciones, lectura, lectura, lectura… Lo más importante es la cantidad de información que hay que buscar y elaborar diariamente para mantener el interés: el daño colateral es que nos ha obligado a estar al día de todo lo que se cuece y puede cocerse. Y ello repercute directamente en nuestra capacidad como agencia.

Dedicar tiempo a las personas: ¿alguien piensa que la web social se puede mantener sin el contacto con las personas? Solemos decir los que campamos habitualmente por los B&B, Twittmad y demás citas sociales, que nunca hemos conocido tanta gente como desde que hemos empezado a escribir un blog, twitter o similar. Y es que es la extensión lógica del concepto de relacionarte virtualmente es encontrarte con las personas, conocerlas en persona. Si este apartado te gusta, disfrutarás mucho. Y serás el mejor embajador de tu empresa.

Asistir a encuentros: hay infinitas posibilidades para participar en foros, eventos y saraos de la más variada condición. Aprovechar estas oportunidades una vez más hará mucho por nosotros y nuestras empresas, si somos conscientes de que vamos a aprender, pero sobre todo a compartir: «quid pro quo», obtén pero a cambio, ofrece.

Constancia: lo importante es ser constante; esto no es todo o nada, durante un mes estoy en todas partes y al siguiente desaparezco de la faz de la tierra. Mantener y alimentar todas estas posibilidades que tenemos a nuestro alcance, se consigue a base de constancia, de todos los días un poco de conversación.

Y llegados a este punto, mi conclusión principal es que la web social está indisolublemente ligada a las personas, a la relación con ellas y no a tecnologías: éstas tienen un punto de encanto indiscutible, pero lo pierde en el mismo momento que nace la siguiente tecnología. Sobre esa base no se puede construir la notoriedad de las empresas.

Y sinceramente: ¿algo que está basado en las personas y en el impulso de las mismas, puede mecanizarse para hacerlo fácil y al tiempo conseguir que suene auténtico? Yo pienso que no, con lo que tenemos un problema añadido: ¿cómo replicar el modelo para nuestros clientes? porque ahora empezamos a ser referencia para otras empresas que quieren que hagamos lo mismo por ellas: que construyamos su «estar 2.0», que se hable de ellos en la red, que se les tenga en cuenta… ¿Cómo hacerlo de manera que su presencia sea auténtica y obtengan los mayores beneficios?

No hay una solución clara: no podemos replicar tal cual lo realizado por nosotros para nuestros clientes. Sí podemos sin embargo, poner a su disposición todo lo aprendido hasta la fecha, sin engañarles: no habrá resultados milagro, entrar a conversar no significará un «antes y un después». No tendrán resultados comprobados desde el primer día. Y tal vez lo más significativo: la piedra de toque será la sinceridad con que desde esa organización se asuma el paso: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, dice el refrán. Se nota a la legua, cuando las empresas dicen abrazar el concepto, pero después no comparten aquello que les podría hacer ganar notoriedad e influencia.

Tal vez lo más importante aparte de haber llegado hasta aquí, es darnos cuenta del reto que tenemos por delante: hacer participar a las empresas de la web 2.0, sin que haya «manual» para ello. ¿Quién dijo miedo?