
El desayuno, la comida más importante del día…para tu empresa
11 febrero 2015
@earcos en Tc, el inicio de los #TcDesayunos noviembre 2008.
No hubiéramos pensado nunca en lo que supondría hacer ‘público’ nuestro primer #TcDesayuno. Porque lo normal hubiera sido no contar una visita como otras muchas que recibíamos al cabo del año.
Pero en el 2008 Territorio creativo ya no era una empresa ‘normal’. Nuestra exposición social a base de actuar de manera continuada y decidida en las redes sociales nos colocaba en una posición de comunicación diferente a la que otras empresas abordan en su día a día. Compartir un desayuno con una persona a la que conocíamos y apreciábamos y contárselo a todo el mundo nos pareció la cosa más natural del mundo.
Pero había otra derivada en una acción así, ¿cuál?
No fue hasta el año 2009 en plena reinvención tras años de esfuerzos denodados cuando fuimos conscientes de que aparte de la palanca de comunicación real que ‘retransmitir’ el desayuno significaba, había otra derivada que no habíamos sospechado tan siquiera: la de crear un espacio de construcción de cultura corporativa, mediante el empleo de una hora y media a la semana. La cultura que presidió Tc desde el inicio, más foco en las personas, menos obsesión por los resultados, tenía en el TcDesayuno uno de sus mejores aliados.
Si algo falta en el día a día de las empresas es tiempo para compartir entre sus equipos y poder aprender y atesorar argumentos e ideas que hagan volar la imaginación y nos permitan innovar. Sin embargo, los clientes demandan una forma diferente de abordar los retos que nos plantean, más innovadora, diferente, creativa.
Todos los que peinamos canas sabemos que la ciencia infusa de la innovación no existe. Las personas más creativas y por ende, capaces de abordar mismos problemas con diferentes soluciones, son habitualmente las que reciben una buena cantidad de impactos de información, buscados o no, que les permiten unir los puntos de forma diferente. Desgraciadamente si lo dejamos a la suerte, las posibilidades de que en nuestra empresa las personas tengan momentos para llenar su cabeza con más información que les inspire serán mínimas.
Sin embargo el planteamiento del #TcDesayunos nos permitía practicar sobre una metodología, la que nos permitiría crear una ‘isla’ donde reponer nuestros depósitos de conocimiento, inspiración y sobre todo, de visión.
¿Metodología? Sí, metodología y objetivos claros, que nos permitirían responder a los ‘para qués’:
- El espacio temporal del #TcDesayunos es ‘sagrado’. Conseguir una isla nos obligó a defender a capa y espada el espacio: no puede haber reuniones con los clientes, entre nosotros y en general todo aquello que nos aleje de ese momento. Y los que más ejemplo han de dar son los socios y directores, porque son en gran medida responsables de las agendas de los equipos.
- El desayuno se prepara entre todos. Y eso significa que existe un orden rotatorio para que todos intervengamos en la preparación de la parte gastronómica. No tenía sentido contratar un catering, si lo que buscábamos era crear un espacio de colaboración. A cambio, cada viernes, el menú nos sorprende en función del esfuerzo de cada equipo.
- Twitter es el gran aliado y todos somos CM’s. La retransmisión en tiempo real con la etiqueta #TcDesayunos es la responsable de que en varias ocasiones hayamos colocado a nuestros invitados como trending topic en Twitter. Y es labor de todos, no sólo del equipo de comunicación. Una vez más, lo variado de los tuits a la hora de contar lo que oímos sumado al volumen, hace que el impacto sea mayor. Pero sobre todo ayuda a hacer protagonistas a nuestros seguidores, la verdadera audiencia.
- El invitado debe ser inspirador y puede contar lo que quiera, como quiera. Y eso conlleva la búsqueda activa de gente que conocemos personalmente o no, pero que nos han dejado huella. Es la única forma de que nuestros depósitos de conocimiento e inspiración se repleten con cada nueva visita. Sin esfuerzo por nuestra parte, los invitados no llegarán por si mismos.
- La experiencia para el invitado ha de ser muy buena. A estas alturas del relato, seguro que no se te escapa que un invitado que disfruta con la experiencia se convierte en un gran embajador de nuestra marca. Y no hay trampa ni cartón: nos definimos como una empresa de acogida, lo que nos obliga a serlo y entregar lo mejor de nosotros para conseguir que el invitado se sienta como en casa.
- Si hay hueco, acude gente que no pertenece a Tc a escuchar al invitado. Y no deja de sorprender a muchas personas que nos piden venir, descubrir que no tienen que pertenecer a ningún club para poder hacerlo. Basta que tengamos espacio ese día para que pueda ocurrir.
- Cada oficina organiza o asiste. Barcelona, Bogotá y Madrid pueden ser el lugar donde un invitado acuda, lo que nos obliga a coordinar la asistencia de las otras oficinas mediante videoconferencia. Es una buena práctica que cada equipo practique 😉
Y una última pregunta por responder: ¿cómo se consigue mantener y mejorar una iniciativa como esta? La respuesta es fácil de formular, pero no tan fácil de implementar: con una constancia a prueba de bombas. Cada uno de nosotros debe aportar lo mejor para conseguir redondear la experiencia viernes tras viernes, no vale asistir como mero oyente.
Pero por encima de todo, sin una apuesta decidida y exigente por quienes tenemos la máxima responsabilidad para que todo el mundo forme parte cada viernes, el día a día y sus demandas harían imposible mantener una práctica como esta.
Y ahora la buena noticia: es barato, no hace falta software y no hay licencia que tengas que pagar. El ingrediente clave es la constancia, el único que cada uno podemos aportar sin excusas.
¿A qué esperas para construir los tuyos? 😉

