El caso #BlurredLines: música, polémica y redes sociales

GoodRebels

26 agosto 2013

Muchos de vosotros conoceréis la canción «Blurred Lines», del cantante Robin Thicke, la cual está cosechando bastante éxito y se está convirtiendo en algo parecido a la canción del verano para el mercado anglosajón. Esta canción se ha hecho popular por su controvertida letra y sus vídeos correspondientes. Y digo vídeos, porque hay dos vídeos de esta misma canción, debido a que se ha creado una versión «unrated» y otra más comedida y autocensurada.

La estrategia del contenido explícito y el censurado

Está claro que la provocación era una de las metas de los vídeos. Se quería dar que hablar y para ello se ha recurrido a un concepto primitivo que genera polémica y da que hablar: el sexo. Si a eso le añades que los integrantes del vídeo se comportan de una forma políticamente incorrecta, obtienes un contenido con altas posibilidades de llamar la atención, sobre todo para la audiencia de EE.UU.

El núcleo de la polémica de #BlurredLines

El primer vídeo de la canción se basa en:

    • 3 tipos: Robin Thicke (el cantante principal) y dos raperos (Pharrell y T.I) que se comportan de manera un tanto chulesca.
    • 3 modelos que aparecen semidesnudas (topless), que se comportan como mujeres-objeto.

En el segundo vídeo, las chicas aparecen vestidas, pero se siguen manteniendo las actitudes de ciertas escenas del primer vídeo:

En ambos hay un componente que no es nada casual, la aparición de manera intermitente al comienzo del vídeo del apellido en forma de hashtag del cantante (#THICKE) y el título de la canción con hashtag (#BLURREDLINES). Es decir, claramente buscaban:

  • que te acordaras del nombre del cantante y el título de la canción;
  • que una vez visto el vídeo, generaras actividad y opinión sobre él en redes sociales.

El gran riesgo de provocar por provocar

A Robin Thicke le ha funcionado muy bien su vídeo, de hecho, ha sido su gran plataforma para darse a conocer fuera de EEUU. Su vídeo «auto-censurado» en Youtube ha conseguido 141.441.961 visualizaciones y el vídeo totalmente explícito ha conseguido 11.715.077 visualizaciones

Sin embargo, ha incurrido en el gran riesgo de que una importante masa social tache a su vídeo de denigrante para las mujeres y a los componentes masculinos (cantante y colaboradores) del vídeo como machistas (entre otros muchos negativos calificativos).

La inclusión deliberada de varios hashtags dentro del vídeo es un componente no muy utilizado de momento en los vídeos musicales. Es un factor de doble filo, ya que puede ayudar a la difusión del contenido y a su vez ser un arma peligrosa en contra de la reputación del emisor del contenido si es percibido por la comunidad como algo inadecuado, malo o controvertido.

Ser creativo y original también se premia

Por otra parte, ser creativo y apostar por algo original, gracioso o curioso, es siempre una baza con muchas opciones de resultar ganadora. Para una marca conlleva más aspectos positivos que negativos. Casualmente, el presentador del late-night estadounidense, Jimmy Fallon y su equipo, tuvieron la idea de realizar una nueva versión de Blurred Lines con instrumentos musicales para niños – contando con la colaboración del propio Robin Thicke -. El vídeo lleva 9.379.198 visualizaciones en Youtube. Es decir, una idea curiosa ha conseguido ser interesante para una audiencia y además es proporcionalmente mejor valorado (en nº de «me gusta») que sus dos anteriores polémicos vídeos.

La creatividad es la baza más fuerte en contra del olvido

Robin Thicke ha conseguido su fin: dar a conocer su último single, su disco y su persona frente a una audiencia mundial. Debe de estar contento. Ahora bien, ¿cuánta gente se acordará de su vídeo dentro de 5 años? ¿Y de 10 años? Ha conseguido éxito aunque no creo que su vídeo que recordemos a L/P.

Ser original y creativo facilita permanecer en la memoria colectiva. Ejemplo de ello es Michael Jackson y Thriller, Bob Dylan y sus carteles en su canción «Subterranean Homesick Blues» o el grupo Queen con su Bohemian Rapshody.

Si hubiera sido precursor o el pionero en el uso de la provocación en los vídeos musicales, como en su día fue Madonna, puede que tuviéramos más predisposición a retener #BlurredLines en nuestra memoria. Ha apostado por el «boom» rápido de la polémica, ha conseguido ser conocido, ha utilizado una buena idea como es integrar los hashtags como herramienta de difusión del vídeo, pero hay muchas otras bazas que las redes sociales ofrecen y que no ha explotado. Veremos si Thicke u otro artista las aprovecha para próximos vídeos.