
El buen hacer de la empresa: cómo hablar de ti
19 enero 2014
No es un secreto que, hoy en día, son cada vez más las empresas que se acercan al público mediante el uso de las redes sociales, ya sea para realizar labores de branding como para mantener el contacto y mostrar ese lado humano que muchas empresas aún no han encontrado.
Pero hay dos preguntas que tenemos que tener en cuenta: ¿hasta que punto esto es positivo? ¿Lo estamos haciendo de la manera correcta o estamos vendiendo la moto a toda costa?
Es necesario que las empresas sepan hablar de sí mismas y, sobre todo, cuidar lo que dicen sobre ellas mismas porque muchas veces esto se puede volver en su contra y el coste a pagar puede ser muy caro. No solamente porque te estas jugando las relaciones con un posible o actual cliente, sino que además estás poniendo en el ojo del huracán la imagen de tu propia empresa.
Hay tres puntos clave que toda empresa debe tener en cuenta a la hora de hablar de sí misma:
1. Demuestra lo que realmente la hace diferente.
Estamos en una era donde lo único y lo innovador marca la diferencia. No tengas miedo de mostrar tus valores a tu comunidad. Si eres raro demuéstralo, siéntete orgulloso de ello y créetelo porque si no te lo crees tú ¿cómo vas a pretender que se lo crean los demás? Es mejor decir las cosas como son que maquillarlas.
2. Sé políticamente personal.
Deja que tu comunidad también forme parte de ti, ¿cómo? Expresando el día a día de tu empresa. Ya sea con una foto, mediante un vídeo y un lenguaje adecuado, úsalos como aquellos pequeños agujeros que hay detrás de una puerta, un sneak peek. Tu comunidad te agradecerá la oportunidad que le brindas de echar un vistazo de vez en cuando a lo que se cuece detrás del logo.
3. Tus clientes son tu centro de gravedad.
Es lo que muchos conocemos como Peoples first, es el momento de pasar el micrófono y dejar que ellos hablen por ti, porque tu empresa no es nada si no fuera por ellos. Sin ellos parte de tus logros no hubieran sido posible, eso lo sabes pero tú comunidad no.
Regálales su momento de gloria, cuenta sus casos de éxito y por qué no hasta aquellos que no han tenido tanto renombre porque qué mejor maestro que los errores (eso sí sin pasarte, tampoco quieres echar tierra encima). Recuerda que ellos son la mejor definición de lo que es tu empresa porque al fin y al cabo las personas se identifican con historias.
Ahora bien, de nada sirve saber hablar de tu empresa si no lo puedes medir. Y es que, ¿cómo vas a saber si estas logrando un nivel de confianza o no con tu público objetivo o si estás haciendo las cosas bien si no tienes alguna métrica que te mantenga en alerta?
Existen diversos tipos de métricas, como por ejemplo las financieras que te permiten conocer el flujo de caja de tu empresa; las de interacción que no solo se trata de conocer el número de me gustas, de visitas o de seguidores sino también la calidad de tu presencia en las redes sociales; y, por último, las métricas de satisfacción para conocer el nivel de agrado por parte de tus clientes.
No importa el tipo de métrica que escojas siempre y cuando la que utilices sea relevante, medible y que te ofrezca la información necesaria para tomar las decisiones acertadas.

