De la formación en agile a la business agility: cambiando el futuro de las organizaciones

Joel Calafell

12 febrero 2020

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Según el 13th Annual State of Agile (2018), hasta el 97% de las empresas encuestadas dentro de una muestra mundial declaraba estar utilizando algún tipo de metodología ágil dentro de su organización. No hace falta ser un gran entendido de la materia para darse cuenta de que algo falla siempre con este tipo de estadísticas globales.

Dentro del mismo estudio se detectaba que el 78% consideraba que quizás ese paso hacia Agile no lo habían llevado a cabo todos sus equipos. Y al preguntar sobre la madurez de implementación, el dato era todavía más revelador: solo el 12% de las empresas declaraba haber conseguido desarrollar un nivel de competencias en Agile o en Business Agility lo suficiente competitivo. Y así hasta llegar al reducido 6% que aseguraba haber aprendido a aplicarlas para mejorar su rendimiento o rentabilidad de forma demostrable a nivel de negocio.

Y, por supuesto, todo cambia de perspectiva cuando se pregunta a los colaboradores internos. Curiosamente, y según Gallup, en España únicamente el 15% de los empleados considera que su empresa posee una mentalidad o cultura Agile. Por otro lado, el 51% es capaz de afirmar con toda seguridad que su empresa u organización no es Agile todavía. 

Quizá este último dato no sea ya tan sorprendente, ¿verdad? 

¿Cuál es el auténtico estado del “agilismo” en España? 

Esta fue la pregunta más importante para Kairós Digital Solutions a la hora de desarrollar su Executive Program in Agile for Change durante el pasado 2019. La oferta formativa de Kairós es pionera por ser la primera que combina un programa ejecutivo de alto nivel con el conocimiento práctico y metodológico del mundo Agile.

Para responder a esta pregunta, se activó un proyecto desde Good Rebels que pretendía movilizar las siguientes palancas principales:

  1. Conocer el mercado y la realidad de los potenciales consumidores del programa.
  2. Desarrollar la propuesta de valor del producto formativo de Kairós. 
  3. Desarrollar nuevas oportunidades de posicionamiento táctico y estratégico para ese producto formativo.
  4. En última instancia, ayudar directamente en la captación de alumnos y a partir de los datos obtenidos a través de campañas de performance en el medio digital 

Conociendo el mercado de Agile 

Para esta fase del proyecto se desarrolló una metodología de análisis en varias etapas que integró tres dimensiones de análisis diferentes e igual de fundamentales: 

  1. Inmersión. Analizamos el posicionamiento de Agile en España frente al resto de mercados clave, aportando estudios, informes y opiniones clave para dar respuesta a la realidad percibida de la industria y del sector en general. 
  2. Online research. Activando un panel de encuestas en España a través de formularios que demostraron el nivel de conocimiento declarado de Agile, así como los rasgos sociodemográficos y característicos de los diferentes segmentos de interés. 
  3. Descubrimiento por divergencia. A través de diferentes sesiones y talleres entre los equipos de Good Rebels y Kairós para detectar obstáculos y oportunidades y trazar posibles caminos hacia la innovación o la disrupción conforme a los objetivos marcados. 

La conjunción de las distintas dimensiones y la captura de cientos de encuestas dirigidas a los perfiles adecuados nos permitieron obtener algunas respuestas realmente reveladoras para el mercado español:

  • 2 de cada 3 personas admite no tener conocimiento ninguno sobre Agile. 
  • Las palabras más repetidas para definir Agile para la mayoría de la población, y todavía erróneamente, siguen siendo “velocidad”, “rapidez” o “software”.
  • De cada 60 búsquedas en Google entre Agile y Digital, solo 1 es de Agile en España. En EEUU las búsquedas de Agile son hasta siete veces superiores.
  • Únicamente el 10% de los interesados en formarse en Agile gastaría más de 8.000€ en hacerlo, incluso en el contexto de un programa ejecutivo.
  • La formación ejecutiva en Agile se sitúa por encima de la estrategia digital en valor formativo percibido, aunque todavía por debajo de las nuevas tecnologías digitales (IA, IoT, Blockchain, etc.).
  • Las disciplinas de Agile y Digital Transformation pronto competirán en los mismos territorios formativos por la similitud de sus carteras temáticas en cultura organizativa, herramientas digitales y nuevos marcos de trabajo.
  • El cambio en las organizaciones no se producirá por aplicar Visual Thinking, nombrar Scrum Masters o utilizar nuevas herramientas, sino por un cambio auténtico en el corazón y la mentalidad de colaboración de la cultura corporativa.
  • Pronto evolucionará el concepto de agile y comenzaremos a hablar de Business Agility.
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Desarrollando una nueva propuesta de valor: la lucha entre lo Digital y lo Agile   

En un contexto todavía de desconocimiento, falta de consideración y confusión con el terreno digital, la siguiente pregunta que tuvimos que hacernos fue: “¿Cómo puede la formación en Agile desarrollar una propuesta de valor adecuada para la situación actual en España?”.

Nos hemos alejado ya de esa visión de agilismo que mucha gente tiene; enmarcada en la formación de procesos y metodologías simples (Kanban, Scrum, etc.), o únicamente para profesionales del desarrollo de software o del ownership de producto. Ahora el camino del agilismo empieza a ampliarse y a dibujarse con fuerza en el terreno de Business Agility, donde muchos profesionales y responsables de proyecto buscan liderar un cambio de mentalidad en sus organizaciones, reinventar la lógica de procesos, la cultura y la colaboración interna.

Sin embargo, parece que esa responsabilidad se la empiezan a disputar dos grandes disciplinas desde hace más de una década: la transformación digital y la business agility

Sin embargo, dos grandes disciplinas se disputan el puesto como marco de trabajo estrella en este cambio: la transformación digital y business agility. 

Sin embargo, business agility tiene una gran competidora como marco de trabajo estrella para este cambio: la transformación digital. 

Si queremos resolver este dilema, lo primero que debemos preguntarnos es: ¿es realmente lo digital y lo tecnológico lo que cambia a las empresas y las personas, o bien son los marcos de trabajo y de colaboración basados en Agile los que lo hacen? Esta pregunta puede parecer trivial para muchos de los responsables en llevar a cabo la transformación digital en sus organizaciones, ya que se prevé que en menos de 5 años hablaremos ya de Agile Digitalization. Además, como vemos en el siguiente gráfico comparten el mismo núcleo de trabajo en muchas ocasiones. 

No obstante, la pregunta cobra un peso vital para los potenciales candidatos a desarrollarse formativamente hoy en día y que deben elegir entre un programa de Digital Business o de Agile Business. Hablamos de dos productos muy parecidos en su esencia más básica que gozan de una percepción totalmente diferente a ojos de un mercado todavía por formar.

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Generando nuevos perfiles y oportunidades de posicionamiento 

Todos los estudios demuestran que el territorio de Agile goza de las mejores oportunidades posibles en este momento. Con el 96% de la tarta formativa todavía por conquistar, y entendiendo que el futuro será sin lugar a dudas Agile (aunque el mercado español sea de los más tardíos en despegar), es evidente que aquellos que puedan aprovechar la oportunidad para re-enfocar su propuesta de valor podrán posicionarse en la cresta de la ola y estar preparados para cuando llegue el ‘Keyword shift’. Esto es: que empecemos a hablar de transformación agile para referirnos a todos los cambios culturales organizativos que hasta ahora han llevado la etiqueta de ‘transformación digital’ y por lo tanto su única atribución. 

En el marco de nuestro estudio para Kairos, hemos detectado cinco perfiles clave sobre los que trabajar y a los que asignar una estrategia diferente desde la formación ejecutiva de Agile: 

Directores de negocio. Dirigen equipos de alto rendimiento. Normalmente no han encontrado tiempo para formarse y son sensibles a la validez del programa. Buscan generar networking. 

Responsables de área. Dirigen pequeños equipo de tecnología. Les parece excesivamente caro formarse y son sensibles al equipo experto formador. Buscan aprendizaje real. 

Perfiles senior. Actualmente todavía están desarrollando su carrera. No han encontrado el tiempo para informarse, aunque su objetivo es posicionarse en el mercado. Buscan reconocimiento. 

Perfiles junior. Tienen poco conocimiento del sector. Actualmente no está entre sus prioridades formarse y son realmente sensibles al precio formativo. Buscan seguridad. 

Responsables de RRHH. Serán la clave de esta década. Todavía no tienen argumentos o información suficiente para vender el producto dentro de sus organizaciones. Buscan garantía. 

Como podéis observar, múltiples perfiles, múltiples obstáculos, miedos, inquietudes y realidades de mercado, pero todos ellos serán importantes para el futuro de la formación Agile. 

¿Y para avanzar? Trabajamos en ejes de posicionamiento para ver dónde detectar oportunidades más evidentes para construir la propuesta de valor formativa de Kairos en Agile. Como observamos en el gráfico inferior, la ventaja competitiva se puede encontrar entre el terreno de los programas ejecutivos – algo normalmente inherente únicamente al mundo de la formación en digital – y los programas puros de Agile – tradicionalmente dentro del marco de las certificaciones rápidas. La combinación de ambos territorios es algo todavía por explorar para la mayoría de competidores.

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Al final, lo más importante es la cultura

La mayor conclusión que obtuvimos de la investigación que realizamos para Kairos, es que el cambio cultural en las organizaciones debe llegar por una creencia y aplicación real de los nuevos marcos de trabajo en todas las líneas y en todos los equipos. Queda demostrado que aquellas empresas que creen estar capacitadas por haber empoderado pequeños equipos de trabajo, acaban cometiendo los mismos errores de bloqueo burocrático o práctico en el resto de sus áreas cuando las mismas colaboran entre ellas. Es por ese motivo que el aprendizaje y la formación en terrenos como el Agile deben depender de múltiples protagonistas respaldados por la dirección general y por una apuesta de futuro fuerte, que requerirá de una inversión real en formación, tanto para mandos intermedios como para directores o responsables de área. 

Lo que también está claro es que el mundo de Business Agility tiene ya todas las puertas abiertas para transformar su producto formativo al mismo tiempo que se comoditizan el resto de opciones en el mercado. 

Pese a todo aún hay muchas preguntas sin respuesta que seguirán siendo legítimas en la nueva década: ¿quién conseguirá capitalizar mejor el verdadero motor de cambio en todas las organizaciones? ¿Serán más rápidas las organizaciones en detectar la necesidad de incorporar y formar a estos nuevos perfiles? ¿O serán las escuelas formativas las que lideren y comercialicen su oferta de forma proactiva a través de una estrategia de posicionamiento de largo plazo? 

De momento, la batalla por la capitalización del cambio cultural está servida.

Mientras tanto, será mejor empezar a liderar el cambio antes de que otros lo hagan por ti.