
De empleado a alumni: el final de una relación laboral es sólo el comienzo de otra
20 abril 2017

Alumni: antiguo miembro de un grupo, empresa u organización.
De entre todos los análisis que abordan la relación entre empleados y empleadores, tal vez uno de los asuntos menos tratados sea el momento en que la relación laboral termina.
La marcha de uno de nuestros colaboradores supone en la mayor parte de las ocasiones una experiencia traumática para alguna de las partes o para ambas: bien porque es un despido decidido por la dirección, bien porque es el trabajador el que decide marcharse. Y en la mayor parte de las ocasiones, lo consideramos el final de una relación. Pero no debería serlo.
Con este punto de partida, no es de extrañar que muchas empresas borren de su punto de mira a sus ex trabajadores. Pero eso es una lamentable equivocación, porque salvando casos extremos, la variabilidad de las condiciones personales y laborales actuales implica que para muchas personas el cambio de empleo por motivos personales (vida en pareja, etc.) o profesionales (fin de una etapa de aprendizaje, búsqueda de nuevos horizontes profesionales, etc.) sea inevitable.
La realidad que vivimos hoy en día, en plena transformación cultural de nuestras sociedades, hace que la estancia promedio en una compañía de cualquier persona se reduzca. Así que debemos mentalizarnos ante el hecho casi cierto de que una alta rotación estará siempre garantizada en nuestra empresa.
Y tenemos que sumar un componente adicional: nunca dejaremos de necesitar talento para abordar los desafíos que tengamos por delante. Una persona que ha pasado por nuestra empresa y ha dejado un buen sabor de boca gracias a su desempeño, es a todas luces un activo que no debemos olvidar.
Por qué mantener los vínculos
Con este panorama, son muchas las ventajas de mantener el contacto con las personas que han pasado por nuestra compañía:
- Son potenciales clientes. Cuando alguien se marcha de una empresa de servicios, es probable que ingrese en una organización susceptible de convertirse en cliente de aquella. Este punto lo conocen bien las firmas de consultoría: tal vez por ello llevan muchos años promoviendo programas de alumni para mantenerles cerca y atendidos.
- Reincorporación con garantías. Alguien que ha estado en nuestra compañía, que se marchó por circunstancias que pueden haber cambiado, es un candidato a ser re-contratado. Con todas las ventajas: le conocemos y sabemos cuáles son sus puntos débiles y fuertes, igual que él conoce las nuestras, lo que elimina la incertidumbre que una nueva incorporación suele aparejar. Y tras su paso por otra organización, volverá con nuevas habilidades y puntos de vista.
- Proveedores de capital intelectual. Gente a la que conocemos y que está desempeñando su actividad en nuevos ámbitos, es de facto una fuente de nuevas ideas. Las posibilidades de consultar con ellos cada cierto tiempo sobre novedades, tendencias, etc. supondrá un soplo de aire fresco para nuestra compañía y para ellos mismos.
- Embajadores de la marca. Personas que hablan bien de sus ex-compañías se convierten en magníficos embajadores de marca. Pueden llegar a influir en la contratación de productos y servicios de su anterior empresa mientras están en la nueva. O pueden conseguir que otras personas aspiren a trabajar en su antigua compañía, gracias a sus opiniones.
#ECA: la fórmula para no caer en el olvido
Doy por hecho que tras leer estas líneas han empezado a pensar que todo esto se escribe fácil, pero en la práctica es difícil. Pero lo cierto es que no sólo es fácil decirlo: también se puede llevar a la práctica y poner en marcha con grandes resultados.
¿Cómo lo hacemos? No habrá una única receta, pero no está de más empezar por el modelo más básico: #ECA. ¿Qué es #ECA? Tras muchos años de experiencia, este acrónimo sintetiza mi “particular» forma de entender cómo una relación laboral se cimenta sobre la base de tres grandes pilares:
- Enamorar. Si hay algo de lo que todos los departamentos de RRHH -¿para cuándo el cambio a departamento de Cultura y Talento?- están hablando es de “Marca Empleadora”. Empresas de todo pelaje están descubriendo que atraer talento está implícitamente ligado no sólo a los sueldos, sino a lo emocional y relevante que resulta la empresa: existencia o no de jerarquías, emprendedores internos, compromiso con el medio ambiente, alineación de la dirección con la visión de la compañía, programas de formación, etc. Todo influye para que tu marca enamore o no.
- Convivir. La fase más compleja, similar a la relación en pareja. Hay que trabajar el día a día, resolver conflictos, consensuar, ejercer transparencia si la has ofrecido, y así sucesivamente. Esta etapa se sustenta sobre una cultura corporativa que sea capaz de recoger no sólo los valores, sino de convertir todo lo prometido en realidad: ritos, momentos de contacto, formación, indicadores, valoraciones, feedback, autonomía, etc. Es el momento de que tu empresa se convierta en un “Great Place To Work».
- Añorar. Sólo si se ha mantenido una sana convivencia -al margen de los momentos complicados que siempre surgen en un grupo-, podrás abordar con éxito la fase que impacta directamente en el estatus de alumni: la añoranza. Una persona se puede marchar por muchas razones, pero si se lleva lo aprendido en la compañía y deja unas relaciones personales basadas en la transparencia, la honestidad y el respeto mutuo, siempre se sentirá ligada en su desarrollo profesional a esa compañía. Y agradecida.
El siguiente paso será poner en marcha una red de alumni, que no deja de ser una comunidad para mantener el contacto y compartir aprendizajes. Además, hay que planear eventos donde volver a verse y compartir tiempo cara a cara con los que continúan en la empresa. Afortunadamente la tecnología nos está poniendo fácil mantener el contacto por múltiples vías, desde una comunidad desarrollada ad-hoc hasta RRSS personalizadas. Pocas excusas para no actuar.
Y un último aviso a navegantes. Nada de lo anterior será posible si no seguimos una regla simple y efectiva: trata a las personas como te gustaría que ellas tratasen a la empresa, a sus compañeros y a la marca cuando estén fuera.
¿A qué esperas para recuperar el contacto con antiguos compañeros?

