
Como no hacer una presentación
15 octubre 2009
Guy Kawasaki recoge una serie de errores comunes que convierten cualquier presentación en un fracaso. Dejando de lado la improvisación (que se puede hacer si se sabe) o la falta de preparación del tema, el error más frecuente en las presentaciones es no tener claro qué se quiere decir y a quién. Toda presentación tiene por objeto mostrar algo a alguien, de modo que ambas preguntas deben haber sido respondidas antes.
Nosotros y Guy Kawasaki prevenimos contra lo siguiente:
1.- No tener en cuenta el interés del público: Para transmitir un mensaje, antes que nada, tiene que haber una oreja dispuesta a escuchar. Dejando al lado el tono aburrido y la presentación plana, un error corriente es empezar directamente con algo aburrido y complejo. Mal.
Nuestro primer objetivo es relajar al público para que preste más atención y recuerde mejor lo que queremos decirle. El viejo truco de meter una broma o una anécdota al principio que tantas veces hemos escuchado funciona.
2.- Ser horriblemente exhaustivo: Una de la cosas que más detesto cuando tengo que escuchar a alguien es la frase y ahora voy a hablar de…?. Suele coincidir con presentaciones aburridas en las que el que habla tiene más bien poco interés en lo que dice. No me interesa que me anuncien lo que van a decir dentro de cinco segundos, ¡me interesa oírlo!
Por otra parte, ni siquiera las conferencias de física nuclear tratan de agotar un tema. Generalmente, se trata de que el oyente se haga una buena idea general de lo que queremos contarle y se lleve algún retazo de mayor complejidad para investigar por su cuenta o lanzarnos en el turno de preguntas.
3.- Insultar a la inteligencia del oyente: El proyector y las presentaciones a lo Keynote son una herramienta fantástica para ayudar al hablante, no un bloc de notas en color. Una de las cosas que me más me irritan son aquellas personas que directamente te leen la presentación en tus narices (vamos, que no se lo trabajan nada). La charla termina siendo una clase de lectura de tercero de EGB. Casualmente, este tipo de charlas suelen ser agotadoramente aburridas y el hablante suele repetirlas allá donde le pagan. Uno se queda con la sensación de que al tío le daba igual lo que pensaras.
Seguro que cada uno tenemos nuestro top tres de fobias en las presentaciones, ¿se os ocurre alguno?
Vía | Open Forum

