
Colegas de Facebook… ¿dónde están mis amigos?
19 enero 2014

Hace una semana, Mathew Honan, periodista de la revista americana Wired, hizo un sencillo experimento que consistía en averiguar qué nos mostraría el algoritmo de Facebook si damos a Me gusta a todo lo que nos sugiere. El resultado -tras 48 horas haciendo like a cualquier aplicación, comentario, anuncio o foto que apareciese en el muro- fue simplemente revelador: no hay amigos.
Facebook, esa red social creada hace una década para conectarnos con nuestros amigos allá donde quieran que estén, cada vez se aleja más y más de su razón de ser. La red de redes está dejando de ser friendly para convertirse en una red de hacer negocios donde se nos muestran cosas en beneficio de terceros. Desde que las empresas se dieran cuenta de las posibilidades que les ofrecía, cada vez son más las que están compitiendo por su pequeño minuto de oro en el timeline de sus públicos. Y está claro que con una base de datos de información personal de 900 millones de personas, no es de extrañar que Facebook marque las reglas del juego.
Sin embargo, estas reglas están haciendo que ni para las personas ni para las empresas Facebook sea amigable. Las marcas se dejan millones en paid media para obligar al algoritmo a mostrar sus contenidos al público seleccionado, y cada vez son más y más las empresas que recurren a los anuncios de Facebook para conocer el interés que suscitan sus productos o marca entre ellos. Una relación de negocios que pierde de vista el interés real de los usuarios de esta plataforma social.
Esta súper-exposición a todo lo que publican nuestros amigos, sumada a todo lo que las empresas desean mostrarnos, hace que Facebook ejerza su censura enmascarada en forma de filtro teniendo que elegir entre aquellos contenidos que su algoritmo decide que son los más afines a nuestra personalidad y gustos. Pero ¿es este filtro el adecuado? ¿Hasta qué punto Facebook conoce a sus públicos? Según una encuesta, realizada por Reuters e Ipsos en 2012, más del 34% de personas consideran a Facebook una red aburrida, no relevante o no útil para los encuestados, entrando a ver sus muros con menos frecuencia que hace unos meses.
Renovarse o morir
Los constantes cambios en sus políticas, aplicaciones y novedades que Facebook ha ido desarrollando estos últimos años han conseguido que la red siga viva a pesar de la constante pérdida de usuarios, pero si unimos esto a una menor actualización e interacción en los perfiles, obtenemos como resultado una gran pérdida de interés en esta red social, sobre todo por parte de los más jóvenes. En plena madurez, Facebook sigue buscando fórmulas para mantenerse joven aunque cada vez se le complican más las cosas para agradar tanto a anunciantes como a perfiles personales.

Si las personas queremos seguir en la cresta de la ola y que nuestras fotos, comentarios y actualizaciones sean vistas por nuestros amigos y que estos interactúen con nosotros, ¿llegaremos a jugar al juego del paid media para que las páginas de las marcas no nos quiten nuestro espacio en el muro de nuestros amigos? De momento, el algoritmo premia los contenidos personales sobre los de las marcas, pero habrá que ver qué ocurre si el continuo goteo de abandonos y/o pérdida de interés de los usuarios en Facebook se mantiene o llegara a crecer.
Si hiciéramos el ejercicio de Honan y diéramos a Me gusta a todo lo sugerido, las personas, hoy día, perderíamos la batalla ya que como dijo la amiga de Mat Honan -tras el ensayo de éste- su muro se convirtió en un No friends stuff, just Honan likes. Para muchos, Facebook ya no quiere amigos sino transformar nuestros muros en vallas publicitarias llenas de Me gusta. Facebook, ¿dónde has dejado a mis amigos?

