
Cambios en Facebook: cómo convertir la vida del CM en un infierno
17 noviembre 2014
En los últimos meses Facebook nos ha regalado un par de cambios en la gestión editorial y publicitaria de sus páginas. A una serie de cambios en su plataforma de Ads como la segmentación por campaña en lugar de por anuncio, se unió la obligatoriedad de uso de Business Manager para la gestión de páginas de negocio.
Por esas fechas, Beatriz Calzada, del área de Paid Media de Tc, hizo un trabajo excelente enseñándonos la herramienta (formación con Facebook interrumpida por un conato de incendio en Dublín mediante), empujándonos a utilizarla y coordinando la explicación a clientes a toda prisa. Más tarde Facebook recularía, retrasando la introducción forzada de esta herramienta.
Sobre el papel, esta idea de Facebook es buena. Al final Business Manager permite colocar en su sitio a todas las partes implicadas en la gestión de una página. El cliente tiene el control absoluto de su página y decide quién maneja qué. Adiós por lo tanto a los largos, tediosos y duros traspasos de poder cuando una agencia entra por otra al menos en el plano técnico.
Además, mete bajo un mismo paraguas la gestión editorial y puramente analítica de la página, que hasta ahora debía ir vinculada a una cuenta personal de Facebook, y las cuentas publicitarias. Por último, hacía mucho más difícil la más que metedura de pata reina en el Community Management: el vuelco al corazón producido por la publicación de contenido de tu cliente con tu cuenta personal. Así que la venta de la herramienta estaba hecha: todo iría bien en el mejor de los mundos. Pues no.
Obviamente al empezar a escribir esta entrada me entra la duda razonable de si simplemente soy un Community Manager bastante inútil (algo que compruebo muy habitualmente a la hora de gestionar mi perfil personal, para qué vamos a engañar al admirable lector que se molesta en llegar hasta el cuarto párrafo de una entrada de este blog). Pero de verdad creo que Business Manager es una herramienta bastante deficiente que sólo nos complica la vida.
Por ejemplo, tras varias semanas de pruebas, aún no he sido capaz de descubrir cómo leer el NewsFeed, dar a Me gusta a terceras páginas, o visitar perfiles personales sin recurrir al Usar Facebook como página es decir, sin viajar en el tiempo a cuando esa herramienta del demonio llamada Business Manager apareció en mi vida. Temo el día en el que Usar Facebook como página desaparezca de la estética y escasamente funcional (¿Buscador, qué buscador? ¿Las notificaciones dónde están?) barra gris de Business Manager.
El palo de la última frase puede parecer gratuito, pero no lo es. Habíamos quedado en que una de las principales ventajas de Business Manager es tener al mismo tiempo acceso a la gestión de la página y a la de sus anuncios, ¿no? Hasta ahora, tocaba abrir alternativamente o en navegadores distintos las distintas cuentas que cumplían esas funciones. Por obra y gracia de Business Manager ya no es necesario ¡Pero sigues teniendo que elegir con qué cara de la página te quedas y abrir la página por un lado y el gestor publicitario por otro!
La cohabitación de ambas caras tampoco es sencilla, una situación quizá agravada por las novedades en la plataforma de Ads. Por ejemplo, la travesía bíblica del Sinaí es un agradable paseo dominguero comparado con la que tienes que liar para editar una publicación promocionada: toca meterte en el gestor de anuncios, parar la promoción, pasar al gestor de la página, editar, volver al gestor de anuncios y, si no decides ir al baño a observar en el espejo si te han quedado calvas al tirarte de los pelos, por fin reiniciar la campaña.
Entre esto y la sensación de publicar cada día para cuatro gatos independientemente de tu comunidad porque a alguien se le ocurrió pisar el freno del alcance, uno ya ha tomado la decisión de compartir esta entrada sólo en Twitter

