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24 mayo 2010
A tres semanas del comienzo del Mundial de fútbol, la lucha por el protagonismo de los dos gigantes del material deportivo resuena ya por todo el planeta. Ambos han optado por spots épicos ajustados a las emociones que el Mundial y el patriotismo que lo acompaña despiertan. Sin embargo, el empleo que cada marca ha hecho de la técnica narrativa inclina por el momento la balanza hacia Nike, cuyo trabajo encabeza esta entrada.
El interesante spot de Adidas, épico, envolvente, de fuerte impacto visual desaprovecha su patrocinio del Mundial intentando vendernos unas zapatillas más ligeras.
Lo tiene todo (grandes estrellas, despliegue visual, música envolvente) pero no logra convencer. La narrativa es incomprensible (¿qué hace Zidane? ¿a dónde va? ¿y ese coche? ¿por qué? ¿qué pasa?) y la historia transcurre con un tono vacuo que no logra evitar una impresión de falsedad. Parece que el spot siga una fórmula: estrellas, selecciones nacionales, despliegue visual por ordenador (bien hecho, pero no original), frases huecas que tratan de ser profundas (tarde a una competición de velocidad, qué ironía?) y las nuevas zapatillas bien visibles.
En el camino se dejan el respeto a la inteligencia del espectador y, aún peor, el fútbol. No hay fútbol en este spot; tan sólo onanismo corporativo. Ofrecen espectáculo ignorando al público y, como resultado, nos dejan fríos.
En cambio, Nike, en su pequeña obra de arte, captura la esencia del fútbol y la relaciona con el tiempo en que vivimos. La pasión sin límites de la afición, el espíritu nacional y el carácter cada selección, la incertidumbre y el talento de los jugadores, el planeta entero vibrando al son de la magia del fútbol y mucho más está presente en su anuncio. Nike además, nos enseña fútbol a cada fotograma. Paradójicamente, este es el gran ausente en el spot de su rival.
La marca nos cuenta nuestra propia historia como aficionados al fútbol, expectantes ante el gran choque internacional, ante la cercanía del apogeo del juego que amamos. En su spot, nos rinde homenaje al fútbol y a nosotros.
Reconocemos cuanto nos dice como cierto porque nos muestra a nosotros mismos y nuestra relación con el deporte. Además, lo hace con humor, naturalidad, inteligencia, una enorme agilidad y manteniéndose fiel al espíritu de sus campañas. El logo aparece sutilmente colocado a lo largo del spot y, al final, acompañado de un eslógan contundente que abrasa nuestras mentes después de tres minutos de gloria deportiva. Conclusión: Nike, como nosotros, ama el fútbol. Adidas tan sólo hace zapatillas.
Vía | AdPulp

