
Vivir el vino.-Creamos una nueva marca comercial para el Grupo Raventós-Codorníu.
Grupo Raventós-Codorníu.
El Grupo Raventós-Codorníu lleva más de quinientos años elaborando vinos, lo que le convierte en una de las empresas vitivinícolas más antiguas del mundo. El grupo cuenta con quince bodegas -con Codorníu como buque insignia-, aglutinando cientos de marcas de vinos y cavas. Tras los cierres de 2020, Raventós-Codorníu asumió el reto de unificar sus diferentes bodegas en un solo negocio, con el objetivo de fomentar la internacionalización.
Entendiendo el problema
Después del confinamiento, Raventós-Codorníu se planteó el reto de desarrollar estrategias de venta directa al consumidor (D2C).
Para lograrlo, necesitaba crear una nueva marca que centralizara la venta de todos sus productos y servicios a través del ecosistema digital, poniendo en valor aquellos que solo el fabricante puede ofrecer: una oferta completa y experiencial de productos y servicios en torno al mundo de las bodegas.

Nuestro plan de acción.
El Grupo Raventós-Codorníu lleva más de quinientos años elaborando vinos, lo que le convierte en una de las compañías vinícolas más antiguas en el mundo. El grupo cuenta con quince bodegas, con Codorníu como buque insignia, y agrupa cientos de marcas de vinos y cavas.
La nueva marca internacional que íbamos a desarrollar debía recoger la base de la experiencia, los valores y la tradición del grupo.
Una vez creada, sería difundida a través de una estrategia multicanal y, finalmente, vendería directamente sus productos y servicios a través de un e-commerce, aprovechando el cambio de tendencia en los hábitos de los consumidores.
Conociendo a los wine lovers
Para empezar, teníamos que conocer al consumidor de vino online. Así, nuestro trabajo comenzó con una fase de consultoría estratégica, enfocada en el análisis del entorno competitivo y de los hábitos del consumidor de vino online.
Descubrimos que es un consumidor mucho más cualificado, curioso y fiel que el offline: le gusta entender lo que está bebiendo, descubrir vinos poco comunes y conocer el origen del vino, es atento al aspecto artesanal de la producción y es leal a sus marcas favoritas.
También está más abierto a recibir recomendaciones según sus gustos, así como a dejarse guiar por expertos a partir de su historial. Quiere saber qué vinos compran sus amigos y busca disfrutar de experiencias personalizadas.
Estos rasgos fueron importantes para trasladar posteriormente la propuesta de valor de Raventós al entorno digital. Pero sobre todo, a la hora de crear un modelo de relación a largo plazo con los clientes, adaptando los canales, los contenidos y los funnels de conversión al tipo de cliente, desde el comprador anónimo hasta el cliente premium.

Una identidad para cinco siglos de historia.
El segundo paso era crear la nueva marca del Grupo Raventós-Codorníu. Una marca es mucho más que un logo, un anuncio o un sitio web. Es un conjunto de valores que el consumidor asocia a los productos y servicios que ofrece, las sensaciones que proyectan en la mente del consumidor.
Para definirla, primero debíamos encontrar y describir su alma y su propuesta de valor. Realizamos un análisis que nos permitió definir y recopilar todo aquello que haría de esta una marca única y diferente.
Primero, la marca debía ser coherente. Es decir, lo que íbamos a expresar debía coincidir con sus activos tangibles e intangibles, los que hacen realidad su propuesta de negocio:
- Productores además de distribuidores: permite ofrecer productos y servicios diferenciales, como las catas verticales.
- Experiencia profesional y humana del equipo: personas comprometidas y apasionadas con el oficio.
- Gestores de sus propias bodegas: permite ofrecer experiencias físicas en el mundo real (visitas, catas, restauración, etc.).
Después, identificamos los valores de la marca, su lado más emocional, el que define su territorio y la manera de presentarse:
- Una marca premium y sofisticada.
- Tradicional, vinculada con la tierra y su gente
- Sostenible y comprometida con el medio ambiente.
- Artesanal, y al mismo tiempo innovadora.
- Experiencial, dentro y fuera de la pantalla.
- Humana, dando prioridad a las personas sobre la tecnología.

Con esta información, definimos la personalidad de la marca: cercana al arte y la cultura, sofisticada y urbana, moderna pero respetuosa de la tradición, fiel a sí misma, madura pero con espíritu joven. Rasgos que la personalizan, facilitando la relación entre la marca y sus usuarios.
Ya podíamos crear la idea de marca, la base para la posterior construcción de todo su universo de comunicación visual y verbal, y que guiaría las actuaciones de la compañía en un solo sentido. Con una frase, resumimos por qué existía la marca y qué podía aportar al mundo: “Vivir el vino. Amar la tierra. Disfrutar la vida”.
Vivir el vino. Amar la tierra. Disfrutar la vida.
Elegir un nombre no fue fácil, pero logramos encontrar la síntesis perfecta de la realidad de la marca, que tuviera en cuenta su origen español y, a la vez, pudiera extrapolarse al contexto intencional: 15 Bodegas.
Para la identidad visual, partimos de tres elementos que sintetizan y conectan con la esencia de Raventós-Codorníu: la sofisticación heredada del modernismo, su larga historia, y la conexión con la materia prima. Creamos un logotipo inspirado en las divisas talladas en las cubas de las bodegas, con un aire modernista y contemporáneo a la vez.
El resto de elementos visuales de la marca (tipografías, paleta cromática, lenguajes gráfico y fotográfico, iconografía, etc) se diseñaron siguiendo la misma propuesta visual.
El ecommerce para amantes del vino.
Después de este exigente proceso de creación de marca, solo faltaba la joya de la corona, la tienda online que permitiera acceder a todo el catálogo del grupo: 15bodegas.com.
Optamos por una propuesta experiencial que ofrecería a los usuarios la oportunidad de formar parte de una comunidad donde vivir experiencias relacionadas con el cava y el vino de Raventós, acceder a los profesionales que están detrás de su elaboración y disfrutar de la historia de marcas centenarias.
Para ello, diseñamos un sitio web de venta directa, con un diseño limpio, funcional y personalizable. La página ofrece a los wine lovers un gran escaparate de productos, con recomendaciones personalizadas, como lo haría el sumiller en la tienda física o el restaurante, con un proceso de compra rápido, sencillo y eficiente.
Además, cada producto se acompaña de una detallada descripción de sus características, procedencia y proceso de elaboración.
Y añadimos la posibilidad de conocer en persona las bodegas de Raventós-Codorníu, completando la experiencia digital con la visita física.
Así, desarrollamos para Raventós-Codorníu un proyecto dirigido a aumentar el engagement y convertir a los consumidores en amantes de la marca, a través del D2C y otros canales. Todo este proceso se ha traducido en un aumento en el tráfico orgánico, el número de leads y conversiones, y las ventas directas desde el ecommerce. A la vez, ha aportado al grupo un mayor reconocimiento y amor por la marca.

